 | lunes, 06 de octubre de 2003 | Del Kippur de 1973 al de 2003 Hace exactamente 30 años, el día del Yom Kippur de 1973, (que ese año fue sábado) los cazas Mig sirios sorprendían a los soldados y civiles israelíes durante los rezos de la conmemoración más sagrada del calendario judío. Al mismo tiempo, un aluvión de 700 tanques se lanzaba desde las Alturas del Golán, cubierto por una abrumadora barrera de artillería, contra dos brigadas hebreas, que sumaban en total unos 180 tanques. Solamente en ese primer día de guerra se perdieron más de 40 aviones israelíes ante las defensas misilísticas rusas de última generación que usaban los sirios.
Al día siguiente, una de las brigadas israelíes había desaparecido y la otra perdido la mitad de sus efectivos, pero ya estaban llegando fuerzas de reserva al campo de batalla y el ataque sirio decaía lentamente y se frenaba en apenas 48 horas. A los cinco días de iniciada la ofensiva los 700 tanques sirios habían sido destruidos (ninguno volvió a su punto de partida), así como otros 300 de la reserva lanzados a la batalla por el presidente Assad. Una vez más, la gran habilidad táctica de los israelíes había prevalecido.
Israel había detenido el impresionante ataque sirio y poco después su contraataque sobrepasaba la línea de alto del fuego de 1967 y la empujaba más allá, hasta donde está actualmente. "Los sirios deben saber que la misma ruta que conduce de Damasco a Tel Aviv también sirve para ir de Tel Aviv a Damasco", ironizó en medio de la terrible batalla Moshé Dayan, ministro de Defensa de Golda Meir.
En esos años, gracias al masivo envío de lo mejor de su arsenal por parte de la Urss, Siria era una potencia militar temible, pese a su retrasada economía. El bombardeo israelí de ayer "conmemoró" a su modo los 30 años de aquella guerra y recordó que las cosas han cambiado, y mucho, en todo este tiempo: hoy Siria, con unas fuerzas armadas dotadas de material obsoleto (mucho de aquella época) y sin una superpotencia que la provea casi gratis de equipo nuevo, no puede ni soñar con una represalia contra Israel. Sus viejos Mig serían derribados por los pilotos israelíes en cuestión de minutos.
Lo único que le queda a Damasco -si no quiere negociar la retirada israelí del Golán a cambio de la paz, como hizo Egipto hace 25 años-, es hacer lo que hace: apoyar al grupo terrorista shiíta Hezbolá y a sus similares palestinos en Líbano, su "protectorado militar" y vecino. Periódicamente, según información de inteligencia occidental, aviones de carga provenientes de Irán llegan a Damasco con equipo para las milicias libanesas y palestinas. enviar nota por e-mail | | |