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 domingo, 05 de octubre de 2003

La noche entre leprosos y santos fue sólo folclore
En una jornada en paz, el fútbol le ganópor goleada la pulseada a la violencia

Alejandro Cachari / Ovación

No a la violencia. Esta vez el color pudo ganarle a una tradición que tenía antecedentes peligrosos. Es cierto que las enormes diferencias cuantitativas entre una hinchada y otra no dejaron ningún margen para que el encono le ganara la pulseada al fútbol, pero es altamente valorable que la bandera insignia de la hinchada de Newell's haya llevado la inscripción de no la violencia.

La metamorfosis que sufrieron los hinchas caracterizados, que supo distinguir insólitamente el juez Perrotta (de barrabravas a mercenarios), esta vez no tuvo espacios. Las banderas derrotaron ampliamente a los cánticos agresivos y por una vez a pesar del horario, a pesar de la noche, hubo sólo ambiente de fútbol en las tribunas.

Aquella historia que vinculaba amistosamente a cuervos y canallas, ahora en desuso, y por ende que enemistaba automáticamente a leprosos y azulgranas, no tuvo cabida en el Coloso.

Quizás suene apresurado aseverarlo a esta altura de las circunstancias, pero todas las partes parecen decididas -esta vez en serio- a darle un golpe definitivo a quienes utilizan el fútbol para otros menesteres que algunos intentan incorporar como parte del folclore.

La tribuna rojinegra estuvo repleta, impecable, a la altura de la ilusión que les generaron a los hinchas todas y cada una de las contrataciones. Del otro lado, unos pocos simpatizantes santos llenaron de banderas el alambrado y se dedicaron exclusivamente a disfrutar las bondades de su equipo y a padecer los embates de rojinegros.

Un partido entre Newell's y San Lorenzo, por la noche y en el Parque, no era sencillo para ninguno. Sin embargo, el fútbol demostró que cuando las cosas se hacen con la rigurosidad que corresponde se puede ganarle la pulseada a la violencia. No es poca cosa, el color pudo mucho más que los antecedentes de una enemistad histórica que ni siquiera tuvo rebote en los cánticos de una y otra hinchada.

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