| miércoles, 10 de septiembre de 2003 | ¿El kirchnerismo seduce a Binner? Javier Felcaro / La Capital "No me ofreció nada". Hermes Binner descartó ayer que la empatía que existe con el presidente Néstor Kirchner haya avanzado al punto tal de estar a las puertas del algún tipo de proyecto en común.
Es más, durante la conferencia de prensa en la que le levantó el brazo a Miguel Lifschitz como ganador de la puja por la Municipalidad, Binner pareció fijar el rumbo: "Trabajaremos para que en cuatro años Santa Fe cambie de manos".
La desmentida del intendente frente a las cámaras de TV se produjo luego de que la prensa porteña le diera nuevo impulso a una versión que circuló antes de la asunción de Kirchner, centrada en la no muy lejana posibilidad de que sus respectivos senderos se crucen. Especulación que, en bocas más arriesgadas, llegó a potenciarse con augurios de una invitación al socialista para incorporarse al gabinete del patagónico.
No obstante, un vocero del gobierno nacional ratificó a La Capital la sintonía de Kirchner con Binner: "Es cierto y me consta. Néstor tiene una gran simpatía por él". Cauto, el asiduo visitante del despacho presidencial explicó que "en la elección se privilegió al PJ, en este caso a Jorge Obeid, un leal desde el primer momento". Pero insistió en que el santacruceño "reconoce las virtudes" del socialista.
"No tengo ningún dato. Sí me refiero a lo que escuché", se atajó el fiel hombre K, quien, a modo de enigmática despedida, deslizó que "Kirchner no ignora que su mejor imagen es la transversalidad".
Paralelamente, desde el entorno del intendente rechazaron las conjeturas. "No hay nada de eso", dijeron, mientras que otras voces socialistas supeditaban cualquier movimiento a su paso por el tamiz partidario.
Algo es cierto: pese al traspié, un valioso caudal de votos consolidó a Binner como el líder de la oposición en la provincia. Un jugoso premio consuelo, si es que el intendente privilegia el objetivo que trazó ayer.
Párrafo aparte merece el inminente debate poselectoral. La revisión de la estrategia desplegada promete remover diferencias que, pese a carecer de la virulencia de otros partidos, permanecen debajo de la piel socialista.
El senador nacional electo Rubén Giustiniani ensayó un anticipo cuando se alejó de la difusión del polémico boca de urna que le otorgó el triunfo a Binner. "La verdad es que no sé de dónde salió", respondió. enviar nota por e-mail | | |