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 miércoles, 10 de septiembre de 2003

Escándalo tras la resolución por el crimen de Fabiana Gandiaga
Un fallo que no dejó conforme a nadie
Condenaron a dos acusados y absolvieron a un tercero en juicio oral. Hubo peleas a trompadas entre familiares

Buenos Aires.- Dos hombres fueron condenados ayer a 21 años de prisión por el crimen de la maestra Fabiana Gandiaga, cometido en el club Geba en octubre del 2001, mientras que un tercer acusado fue absuelto.

Tras la lectura del veredicto los familiares de los penados protagonizaron una pelea en la puerta de los tribunales porteños de Lavalle 1171.

Las condenas recayeron sobre Fernando Antúnez, de 23 años, y Carlos Vallejo, de 20, considerados coautores de la violación seguida de muerte de Gandiaga por los integrantes del Tribunal Oral Criminal 14.

Para ambos, el tribunal presidido por la jueza Beatriz Bistue de Soler e integrado por Hugo Norberto Cataldi y Liliana Barrionuevo aplicó por unanimidad una pena de 21 años de prisión, cuatro menos de los requeridos por la familia de la maestra de inglés asesinada el 20 de octubre de 2001. Sin embargo, en el caso de Vallejo su condena fue por mayoría, porque el juez Cataldi votó por su inocencia.

El único absuelto fue Miguel Angel López, de 22 años, quien junto a los otros dos hombres trabajaba para la época del crimen para la empresa de limpieza Limalux, contratada por Geba.

El fiscal de Cámara Clorindo Mendieta había solicitado 24 años para Vallejo y López y 23 años y nueve meses para Antúnez, el imputado clave del caso porque con su testimonio incriminó durante la instrucción a los otros dos acusados.


El crimen y la investigación
Fabiana Gandiaga desapareció el 20 de octubre de 2001, cuando acompañó al club Geba a su hijo, entonces de 8 años, para que participara de un torneo de taekwondo y se retiró unos minutos para comprar una gaseosa.

El cadáver fue hallado una semana después, en una bolsa de consorcio y oculto en un hueco donde estaban las cámaras de electricidad del edificio.

Según la hipótesis de la instrucción a cargo del juez Alberto Seijas, Gandiaga fue engañada y conducida hasta un baño en desuso del entrepiso, donde los tres imputados la violaron y asfixiaron hasta la muerte.

La autopsia reveló que la mujer murió la misma tarde de su desaparición por asfixia y que presentaba dos lesiones contuso- cortantes en la cabeza.

Los forenses también encontraron rastros de semen que se degradaron y no arrojaron ADN comparable con el de algún imputado porque el cuerpo apareció siete días después de su muerte.

El tribunal no dio a conocer los fundamentos del veredicto -se difundirán el próximo martes-, por lo que aún no se conocen las pruebas que llevaron a la cárcel a Antúnez y Vallejo y las causas de la absolución de López.

No obstante, por lo que se ventiló durante el debate oral, su propio abogado, Walter Mércuri, dijo que López fue absuelto porque al menos tres compañeras de trabajo lo situaron en la sala de limpieza ubicada en tercer piso del edificio en el horario del crimen.

Distinta fue la situación de Antúnez, el acusado clave del juicio porque fue quien al ser detenido en 2001 involucró en el crimen a los otros dos acusados y dio la primera versión de lo que le había ocurrido a Gandiaga. El juez de instrucción Seijas también lo involucró porque tenía una serie de lesiones en su rostro que podrían haber sido provocadas por Gandiaga en un intento de defensa y conservaba el celular de la víctima, desde donde se realizaron llamados extorsivos a la familia, fingiendo un secuestro.

Antúnez cambió su declaración durante el juicio, donde acusó al ex policía e intendente de Geba, Gustavo Farana, y su auxiliar Enzo Sánchez, y aclaró que mintió sobre sus dos compañeros de limpieza porque estaba amenazado por esos empleados.

La abogada de Antúnez aseguró que "no existe ninguna prueba" sobre su defendido, que "lo condenaron por ser pobre" y dijo no entender por qué los jueces si tomaron como cierta la primera declaración de Antúnez, condenaron a Vallejo y absolvieron a López.

El abogado de Vallejo, Carlos Echenique, coincidió con su colega y agregó: "Necesitaban a dos condenados y eligieron a Antúnez y Vallejo; la condena estaba escrita de antemano".

Por su parte, el abogado representante de la familia Gandiaga, Juan Devalle debió retirarse con custodia policial por temor a alguna agresión de los parientes de los acusados. "Me llevo dos decepciones: pensé que los tres iban a ser condenados y esperaba que les dieran la pena máxima de 25 años que pedí por este crimen aberrante", afirmó. (Télam)

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Los familiares de los condenados protestaron.

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