Incumplió el vencimiento de 2.900 millones. "No nos asusten", dijo Kirchner

Argentina no le pagó al Fondo pero siguen las negociaciones

No hubo caos pero sí operaciones. El gobierno tuvo que desmentir versiones sobre la renuncia de Lavagna

Argentina entró técnicamente en default con el Fondo Monetario Internacional (FMI) al no pagar un vencimiento por 2.900 millones de dólares que debía cancelar ayer con el organismo, pero continúa en intensas negociaciones con el organismo para arribar a un acuerdo de asistencia financiera a mediano plazo. El gobierno recibió un amplio apoyo del Congreso, la comunidad política en general y la mayoría de los presidentes latinoamericanos. El mercado cambiario se mantuvo tranquilo y la Bolsa bajó, aunque influenciada más por la venta de France Telecom al grupo Werthein que por el incumplimiento. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, tuvo que desmentir la renuncia de Lavagna.

Por la noche, el gobierno emitió un comunicado en el que afirma que se sigue negociando con la misión del Fondo pero que "a fin de evitar comprometer el 25% de las reservas", se dispuso suspender el pago que debía hacerse ayer. aunque quedan 30 días para hacer el pago sin sufrir sanciones, el incumplimiento de ayer configura un default técnico, el más grande que afrontó el FMI en su historia.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró anoche que "estamos trabajando bien" pero reconoció que "no son discusiones fáciles". El presidente, Néstor Kirchner, intentó por su parte desdramatizar la situación: "No nos asusten con el caos y las Siete Plagas", dijo. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, en tanto, suspendió su viaje a México, donde iba a participar de la cumbre de la OMC, para continuar las negociaciones con el FMI. Los representantes del Fondo decidieron permanecer en el país y, al parecer, en las últimas horas se han acelerado las negociaciones. Según informaron algunos voceros, en las próximas horas o a más tardar el jueves se podría llegar a un entendimiento.

Los principales puntos de discordia se basan en la negativa del gobierno argentino a incluir en el acuerdo un cronograma de aumento de las tarifas de los servicios públicos privatizados, en su mayoría en manos de capitales europeos; ni avalar un nuevo pago de compensaciones a los bancos por haber pagado los amparos judiciales que permitieron a algunos ahorristas recuperar sus fondos atrapados por las restricciones financieras.

También está al parecer en debate la decisión argentina de no fijar ahora la meta de superávit fiscal para 2005 y 2006 que garantizaría el pago de los compromisos externos.

Respecto del tema tarifas, causa de que los países europeos que integran el directorio del Fondo se opongan a firmar el acuerdo con Argentina, el presidente pudo exhibir ayer una nueva carta: se exhibió con Gerardo Werthein, directivo del grupo financiero que comunicó la compra del 48% de Nortel, la empresa que controla Telecom. Para presentar esta suerte de "renacionalización" de una privatizada, Kirchner se reunió en Casa de Gobierno con Werthein. El empresario se alineó con el gobierno: dijo que no presionará por un aumento de tarifas y que está de acuerdo con que el Ejecutivo no firme un acuerdo que no pueda cumplir.

Pasadas las 17 de ayer expiró el plazo legal para que la Argentina cancele la cuota prevista aún no se sufrirán las consecuencias directas de una cesación de pagos, se abre un lapso de trámites burocráticos que le darían al gobierno unos 30 días más de plazo para regularizar la situación. El gobierno ya había anticipado que no pagaría el vencimiento con sus reservas internacionales en tanto no se arribara a un acuerdo stand-by con el Fondo.

Esta es la segunda vez que la Argentina entra en mora con los organismos de crédito y la primera vez en sus 47 años de membresía con el FMI. El primer incumplimiento se había producido en diciembre de 2002 cuando no se le pagó un vencimiento al Banco Mundial, cuando el ex presidente Eduardo Duhalde junto al actual ministro, Roberto Lavagna, negociaban el acuerdo que finalmente se firmó en enero.

La ausencia de declaraciones oficiales, sumada a una extensa reunión que mantuvieron Kirchner, Alberto Fernández y Lavagna al mediodía en la Casa Rosada, potenció los rumores en la city. Este escenario fue campo fértil para que se desataran una serie de versiones que sugerían el alejamiento del ministro de Economía, Roberto Lavagna, por disidencias con el presidente Néstor Kirchner. Aunque por la tarde, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el vocero del Palacio de Hacienda, Armando Torres, desmintieron la dimisión del titular de la cartera.

Kirchner le quitó dramatismo al incumplimiento.