 | lunes, 25 de agosto de 2003 | Apertura 2003 Newell's le ganó con lo justo a Quilmes Alejandro Cachari / La Capital El objetivo de mínima quedó cumplido. Newell's le ganó a Quilmes en el Coloso por 2 a 1, ratificó su trepada en la tabla y festejó por primera vez en el torneo en casa. La otra meta, la más compleja, la que hace trizas los peros, quedó para una mejor oportunidad. El objetivo de máxima aún debe esperar.
Desde los conceptos de los leprosos más optimistas podrá aceptarse que antes, no hace demasiado tiempo, en el campeonato pasado, el equipo de Veira no soportaba un partido con las características como el de ayer y terminaba empatando o perdiendo. Es cierto.
Desde la visión de los más exigentes, podrá comprobarse que Newell's distó mucho de parecerse al que le ganó a River en el Monumental hace apenas una semana. Es más, no tuvo absolutamente ninguna similitud.
¿Tanto puede cambiar un equipo en 7 días? Es probable y típico de los planteles en formación futbolística. Nada del otro mundo.
Uno de los ítems que desdibuja aún más la actuación rojinegra es el prejuicio con que la mayoría -exceptuando a todas las personas vinculadas a Quilmes- fue al Coloso. Supuestamente, no existirían equivalencias entre un equipo armado con figuras y otro recientemente ascendido. Pero la corta historia que escribieron los cerveceros desde el regreso a primera con dos victorias y un empate está sólidamente sustentada por un equipo a la altura de las circunstancias que no se descompensó ni siquiera cuando se quedó con nueve jugadores en la cancha.
No se puede culpar a la ansiedad. Newell's ya ganaba el partido a los 90 segundos de juego. Y a los 28' estaba dos tantos arriba gracias a un gol en contra. Y sobre el final del primer tiempo Quilmes se quedó con 10. Y a los 24' del segundo con 9.
Un desborde de Patiño antes de los 2' le permitió a su compatriota Julián Vásquez ganar de anticipo y someter a Pontiroli, uno de los pocos puntos flojos del equipo sureño. Los nervios desaparecieron, o así debió ser, mucho antes de lo previsto. El gol fue casi un calco del primero a River, aunque aquella vez la asistencia fue de Rosales.
A los 28' un centro de Mauro fue cabeceado hacia atrás por Alayes con el arquero mal ubicado y terminó adentro del arco.
Antes de eso, a los 8' un remate al arco de Guiñazú terminó en centro para Patiño que tapó Pontiroli. Ese fue el único aporte ofensivo de Newell's en todo el primer tiempo más allá de los goles.
Padeció un tiro libre indirecto adentro de su área a los 14' y un mano a mano que Palos le ganó a Ceballos a los 33'.
A los 42' Garnier le puso un poco de lógica al resultado tocando al gol casi en el área chica después de un quedo de Rosada.
El partido se desnaturalizó en el complemento por la inferioridad numérica de los equipos y se hizo mucho más peleado que jugado. En ese rubro Quilmes fue el mejor por aquello de que como equipo mostró una versión mucho más acabada que Newell's.
Veira levantó su puño cuando Baldassi pitó el final y festejó como pocas veces. Es más, la euforia del entrenador cuando salía de la cancha no se había visto nunca hasta aquí en el Coloso. Síntoma inequívoco de lo valioso y complicado del triunfo rojinegro.
Objetivo cumplido, triunfo en casa; faltan detalles. enviar nota por e-mail | | Fotos |  | Patiño agradece al cielo y Vásquez ofrenda su gol. | | |