Apertura 2003

Racing ganó por ser profundo y prolijo

Diego Milito marcó el gol del triunfo sobre San Lorenzo

Racing, con ratos de buen fútbol e individualidades relucientes, venció merecidamente a San Lorenzo por 1 a 0 y se quedó con el primer clásico entre grandes de la temporada.

La diferencia no estuvo en las intenciones sino en las virtudes que mostraron para buscar la victoria. Racing fue profundo por momentos y prolijo siempre. Desde la solidez y la categoría del peruano Galliquio para jugar desde el fondo hasta la explosión de sus delanteros para aprovechar los graves errores de San Lorenzo en el fondo.

Esa superioridad estuvo acompañada por la generosidad del chileno Galdames en el despliegue, los destellos de la categoría de Mariano González, la regularidad de Lucas Rimoldi y la confianza de Maximiliano Estévez ante un rival que lo motiva en forma particular.

Cuando el conjunto de Cappa logró asociar todos esos factores bailó a San Lorenzo con la circulación de la pelota a un toque y en forma vertical.

En el primer tiempo contó con cuatro situaciones muy claras pero sólo pudo convertir una, a los 8 minutos, cuando Milito aprovechó un error de Gonzalo Rodríguez en el área (se cayó cuando intentaba despejar) y anotó con un derechazo cruzado.

San Lorenzo, en cambio, fue un culto a la descompensación. Al igual que contra Chacarita en la primera fecha, estuvo desarticulado en el fondo e irresoluto en el ataque, pese a sumar mucha gente en posiciones ofensivas.

Racing debió convertir, por lo menos, un gol más pero en el primer cuarto de hora del complemento desperdició tres ocasiones y después terminó con una innecesario nerviosismo para asegurar el partido.

La débil respuesta de San Lorenzo llegó en la recta final, cuando ingresó Damián Luna, quien ensayó algunas acciones individuales que tampoco alcanzaron para evitar la segunda caída en el Apertura.

Diego Milito festeja su gol, el de la victoria.