| domingo, 10 de agosto de 2003 | Jairo Patiño dejó una notable impresión José M. Petunchi / La Capital Si la primera impresión es la que cuenta, la sensación que dejó Jairo Leonardo Patiño en el debut resultó inmejorable. Es que pese a tener sólo tres entrenamientos con sus compañeros, se acomodó rápidamente al esquema rojinegro y en algunos pasajes se convirtió en una de las armas ofensivas de los leprosos. Y por si algo le faltaba en su presentación en sociedad, se transformó en la figura del partido. Sólo le faltó el gol como para tener una noche redondita, pero por ser la primera vez tal vez hubiese sido demasiado.
Sólo hizo falta que tocara el balón por primera vez en la noche, a los 4 minutos, en una doble combinación con Mauro Rosales por la derecha, para darse cuenta de que se trataba de un jugador distinto. De esos que dejan una marca registrada.
Una presunción que se confirmó con el correr de los minutos, cuando el colombiano transitó con criterio y acierto el carril derecho. Mostró personalidad, determinación y fútbol, y también fuerza y empuje cuando hizo falta.
Pero lo mejor de su repertorio futbolístico se vio con la pelota en sus pies. Cuando a los 22 minutos del primer tiempo, Patiño recibió de Vásquez, amagó y se metió entre dos rivales, antes de dejársela a Rosales, para que Mauro se la cediese a Vásquez, que sacó un bombazo apenas alto.
Pero lo mejor estaba por venir. De a poco fue ganando en confianza y cobrando protagonismo en el armado, hasta que dibujó una jugada maravillosa que generó los aplausos de sus hinchas y del propio Veira, que no paraba de hacer palmas. Rosada la empaló en la puerta del área para Patiño, el Viejo amagó y le tiró un sombrero espléndido a Olarra dentro del área y antes de que picara, sacó un derechazo terrible que se fue apenas desviado.
Esa fue la joyita que enrojeció las palmas de sus hinchas y despertó el asombro de todo el estadio. Su confianza fue creciendo tanto que hasta se animó a tirar una rabona, pero en este caso fue contraproducente porque cortó una clara contra de su equipo, tal vez la única mancha de una presentación que dejó un saldo por demás de entusiasta para los hinchas.
En el complemento su rendimiento bajó a la par de sus compañeros, a la vez que sintió el trajín, puesto que no está en su mejor forma física, pero aún así le alcanzó para evidenciar su buena técnica, su cambio de ritmo y el panorama para jugar.
Al fin, la sentencia que el Bambino Veira disparó en la semana, cuando dijo que "es un jugador que le va a dar satisfacciones al hincha", empezó a tomar cuerpo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El colombiano fue figura en su presentación. | | |