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 domingo, 10 de agosto de 2003

Por primera vez hay récord de personas sin techo en Nueva York
El desamparo alcanza a familias enteras y a quienes tienen trabajos calificados

El número de personas sin techo alcanza cifras históricas en Nueva York, donde los refugios para "homeless" reciben un aluvión de solicitudes, mientras las bolsas de dormir se multiplican en las veredas de la ciudad. Un censo de fines de julio último señala que los 220 albergues para desamparados de Nueva York dan cobijo a un récord de 38.400 personas, de las cuales 16.500 son niños. Y esa cifra no incluye a las miles de almas que viven en las calles.

"Es un récord absoluto, al menos desde que la ciudad empezó a contarlos" a principios de 1980, declaró Jim Anderson, portavoz del servicio de gente sin techo de Nueva York. Según Anderson, al contrario de lo que sucedía en el pasado, mucha gente sin techo tiene empleo, pero simplemente no gana lo suficiente para estar en condiciones de costearse un lugar para vivir en una ciudad donde los valores de la propiedad han subido a las nubes.

La población sin hogar creció durante casi toda la década del ochenta, alcanzando la cima de 27.600 en 1988, para descender a 21.300 en 1998. Pero en el presente verano neoyorquino el problema se ha hecho visible en Manhattan, con gente durmiendo en parques, pórticos, frentes de comercios o estaciones de subterráneo.

"Vemos cada vez más gente desesperada por el deterioro de sus situaciones", dijo Patrick Marquee, analista político de la Coalición para los Sin Techo. La mayor parte de quienes buscan ayuda son familias, alcanzan un 80 por ciento de la población sin hogar de la ciudad.

"Hay un crecimiento sobre todo entre las familias sin hogar, un crecimiento muy veloz", señaló Marquee. "La típica persona sin hogar en Nueva York es en la actualidad una madre y su hijo, no un hombre de edad mediana o un drogadicto" como era el caso de los años 80", agregó.


Con trabajo, pero sin casa
"Hay más personas con trabajo que no tienen hogar. Mucha gente no pensó que les podría pasar a ellas", dijo Marquee. Uno de cada cinco jefes de familia no tiene trabajo, afirmó, comparado con uno de cada diez durante los ochenta.

Marquee dio el ejemplo de una docente, pero no pudo dar con una casa accesible luego de divorciarse de su marido, por lo que se vio obligada a llevar a sus hijos a un refugio para desamparados. Otros pierden sus hogares luego de perder sus empleos, señaló Marquee.

Además del lánguido mercado laboral y de los inalcanzables precios inmobiliarios, los defensores de los sin techo aseguran que el número sin precedentes de desamparados proviene de otras fuentes: las autoridades han recortado los servicios a quienes buscan un lugar para vivir.

"El gobierno ha recortado la asistencia y la inversión inmobiliaria", aseguró Marquee. "Ni el gobernador, ni el ex alcalde ni el actual han hecho nada para invertir en inmuebles para los enfermos mentales. Ellos representan en estos momentos la mayoría de los sin techo en las calles".

Instituciones como la que dirige Marquee, Coalición para los Sin Techo, que recibe el 35 por ciento de su financiación del gobierno y el resto de donaciones, también han sido sacudidas por las dificultades financieras. La coalición recortó personal y redujo el número de programas de atención; el año pasado envió 500 niños sin techo de campamento, pero este año apenas estuvo en condiciones de auspiciar la salida de 200.

Quienes trabajan con los sin techo están además en pie de guerra por una propuesta de la alcaldía de Nueva York de desalojar de los albergues a quienes no cumplan determinadas recomendaciones, incluyendo el requisito de buscar empleo. (AFP)

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Los sin techos piden que habiliten albergues.

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