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 sábado, 09 de agosto de 2003

La seccional 16ª, de Ayacucho 3350, en la mira de la Justicia
Impulsan investigación a policías por no actuar ante el saqueo de una casa
Les atribuyen tardar 12 horas en ir al lugar del atraco. Y no comprobar luego si lo robado se vendía en el barrio

La Justicia provincial abrirá una investigación sobre la actitud del personal de la comisaría 16ª, que tardó 12 horas en acudir a la casa de un matrimonio que fue vaciada por ladrones y dos días después, cuando las víctimas fueron a denunciar que los objetos robados eran vendidos en el mismo barrio, dijeron que no podían hacer nada porque en la seccional no había un oficial sumariante. Los policías podrían ser acusados de no cumplir con el deber de actuar frente a un hecho tan grave como el que denunció la pareja.

El robo ocurrió el sábado a la noche, en una casa de la calle Silvester 38 bis, a media cuadra de Chacabuco y Garay, pero la policía según la indicación de las víctimas recién fue a ver de qué se trataba el domingo a la mañana. Ahora el juzgado de Instrucción Nº 12, donde se investiga el saqueo, abriría también una causa con la participación de la fiscal Elida Rivoira para saber por qué ocurrió semejante demora.

El atraco afectó a Carlos Tolari y su esposa, Julia Arnaudo, quienes esa noche salieron por tres horas de su domicilio. Cuando regresaron descubrieron que los ladrones habían violado todas las medidas de seguridad que tenía la vivienda y se habían robado todo, desde los tres televisores que había en la casa hasta el teléfono y la última prenda. Como dijo ella a este diario, los dejaron "con lo puesto".

Después de sobreponerse del impacto que les causó el descubrimiento, la pareja hizo lo lógico: fue hasta la seccional 16ª, de Ayacucho 3350, y denunció el episodio. Luego contarían que lo hicieron por rutina ya que nunca pensaron que la policía pudiera resolver el caso.


Lo que faltaba
Sin embargo, lo más insólito ocurrió dos días después. Fue el lunes a la noche, cuando un vecino se acercó hasta la casa y les contó que acababan de ofrecerle a 20 pesos uno de los televisores que le habían robado. Diez minutos más tarde salieron corriendo hacia la comisaría con la ilusión de que esta vez los uniformados harían algo para atrapar a los ladrones o sus encubridores, aunque nada de eso ocurrió.

Más indignante resultó para ellos la razón que esgrimieron los agentes de la 16ª para no salir a investigar si era cierto que el botín se vendía a metros del escenario del robo: simplemente porque en la comisaría no había sumariante, que es quien debe gestionar la orden judicial para hacer allanamientos y detener personas.

El lunes, un rato antes de que eso ocurriera, Julia había contado a La Capital que el encargado de la guardia en la comisaría 16ª se ofendió porque ella misma le dijo al marido, a los gritos, que no resolverían nada. La mujer tenía motivos para suponerlo: aseguró que diez años antes, cansada de que le robaran la garrafa de gas, le hizo una marca de pintura y en el siguiente robo la encontró en la seccional cuando fue a hacer la denuncia.

Ahora la conducta de los policías caerá bajo la lupa de la Justicia. La hipótesis sobre la que se investigará es el incumplimiento de los deberes por parte de los uniformados. Al menos eso es lo que informaron ayer fuentes judiciales.

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Julia Arnaudo y su esposo en la casa saqueada.

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