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 sábado, 09 de agosto de 2003

España al 2500. Con pelos y señales de una entrega
Redujeron a un proveedor cuando salía de su casa
Dos asaltantes esperaron a un repartidor y fueron derecho a la caja de cartón donde guardaba 4 mil pesos

Rubén Ramos no puede reprimir la impresión de que alguien lo entregó. Dos asaltantes lo estaban esperando ayer a la mañana en la puerta de su casa, de donde sale todos los días con un camión de reparto y con el dinero recaudado en el recorrido del día anterior, que debe rendir en la empresa distribuidora para la que trabaja. Nadie que no conociera su rutina podría imaginar que en una precaria caja de cartón guardaba los casi 4 mil pesos que los maleantes se llevaron tras apuntar con sus armas al distribuidor y al conductor del camión, para luego perderse por las calles del macrocentro.

Ramos tiene 44 años y desde hace cinco trabaja para la empresa La Vendimia, proveedora de productos de almacén como galletitas y vinos de distintas marcas. Vive en su casa de España 2564 con su esposa y sus dos hijos de 8 y 5 años, de donde todas las mañanas sale temprano a trabajar.

Desde febrero de este año, mes en el cual le robaron el camión Ford 350 de su propiedad con el que hacía el reparto, Ramos se ve obligado a subcontratar a un fletero porque carece de otra movilidad.

Ayer el camión Mercedes Benz 6080 de la empresa de fletes lo pasó a buscar por la puerta de su casa a las 6.45. Ramos se despidió de su señora y salió llevando una caja de cartón con todas lo que necesitaba para una larga jornada de trabajo: un termo con mate cocido, el celular, una agenda con fotos de sus hijos, el carné de conductor, documentación, las facturas para el reparto que debía en el día y el dinero de la recaudación obtenida el jueves: unos 4 mil pesos que debía rendir esa misma mañana en la empresa de Uriburu al 2300.

Hacia allá se dirigía cuando dos hombres ocultos en un garaje de la cuadra salieron de su escondite. Uno de ellos inmovilizó al chofer al apuntarle con un arma y el restante, también armado, se dirigió a Ramos. "No le pidió la plata ni lo revisó. Directamente le sacó la caja de las manos y se fueron corriendo por Ocampo hacia Presidente Roca", contó a La Capital Patricia, la mujer del repartidor.

Ramos, alarmado, ingresó corriendo a su casa y le dijo a su mujer que llamara a la policía. Tras discar el número del Comando Radioeléctrico, la mujer tuvo que brindar detalles del hecho que desconocía: "Me preguntaron un montón de cosas y yo no sabía bien qué había pasado. LLegaron a los cinco o diez minutos y en lugar de salir a buscarlos volvieron a preguntarle a mi marido lo mismo que a mí".


Merodeador iluminado
A la mujer le llamó la atención algo fuera de lo habitual: a la hora del robo la calle estaba completamente iluminada, cuando a menudo está a oscuras. Además, dijo que los empleados de un bar de España y 27 de Febrero le comentaron que habían visto merodear desde mucho más temprano a un hombre que encontraron sospechoso.

"Sentí una impotencia enorme, aunque agradecí que no le haya pasado nada. Uno ve tantos robos que terminan mal... Mi marido es un tipo trabajador y si le pasa algo yo quedaría esposada de pies y manos, porque me dedico a cuidar los chicos", confesó Patricia, a quien el asalto le dejó el gusto amargo una traición: "Lo estaban esperando", sentenció.

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Patricia Ramos, esposa del proveedor de vinos.

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