El músico se presenta esta noche en el Auditorio Fundación Astengo

Jaime Roos: "Si hablamos con nuestro idioma siempre seremos mejores personas"

El uruguayo aseguró que el artista se debe expresar con los elementos que le da su cultura

Marcelo Minichetti / La Capital

El cantautor uruguayo Jaime Roos presentará su espectáculo "A la cancha", esta noche, a las 21.30, en el Auditorio Fundación Héctor I. Astengo, Mitre 748. El músico creó un nuevo estilo al combinar en sus composiciones los sonidos de la murga uruguaya y el rock, a los que sumó letras que incluyen la temática del fútbol. A lo largo de su carrera editó 15 álbumes y produjo discos de otros artistas como la cantante de tangos Adriana Varela.

Desde su casa de Montevideo, el autor de "La cometa de la farola", dialogó con La Capital y aseguró que los años que vivió en Europa le sirvieron para revalorizar sus propios rasgos culturales: "Me moría de hambre con lo que hacía pero, con los años, pude consolidar mi proyecto y volver a mi país", confesó el artista.

-¿Qué fueron los años 70 para usted?

-Estudiaba Ciencias Económicas y estábamos viviendo una guerra civil en el Uruguay, previa a lo que fue el golpe de estado del 73. Paralelamente estaba desarrollando mi música. Fue una época muy fértil y en el 75 cambió mi vida: con 21 años me fui a vivir a Europa, a recorrer el mundo y me dediqué a mi música. Terminé tocando en un cabaret de Bagdad con un ballet argentino de malambo.

-¿Tocó con el Chango Farías Gómez?

-Exactamente. Estuve en aquella expedición cabalgando con el Chango. En esos años hice la manga en el mercado de las pulgas de París y de repente, una semana más tarde, estaba tocando para Grace Kelly y Carolina de Mónaco en Montecarlo. Epocas muy coloridas, muy duras también, pero fértiles esencialmente porque pude grabar mis primeros cuatro álbumes. Me moría de hambre con lo que hacía pero, con los años, pude consolidar mi proyecto y volver a mi país.

-¿Artísticamente que cambió desde aquella partida del Uruguay a la actualidad?

-En líneas generales sigo enarbolando el pabellón de "Candombe del 31", mi primer álbum. En un tema de ese disco, "La cometa de la farola", se combinó por primera vez que en el Uruguay, la murga con el rock y con el fútbol. Y quiérase o no, sigo haciendo canciones de ese palo. Hoy me siento mucho más cómodo cantando. Me produce horror escuchar mis primeros discos (risas). La esencia de la música sigue siendo la misma porque sigo escribiendo canciones para mí y como decía (Astor) Piazzolla "con la esperanza de que le gusten a los demás".

-¿Por qué los cantores uruguayos, como usted o Alfredo Zitarrosa, se caracterizan por las voces profundas y decidoras antes que por las virtudes técnicas?

-Es interesante lo que decís. No lo he analizado a fondo puesto que hay unos cuantos decidores: están José Carabajal, Dino, son unos cuantos. Quizá sea por la forma de hablar. Zitarrosa hablaba igual de lo que cantaba y escuchándome hablar a mí te darás cuenta que hablo como canto.

-¿Siente que las nuevas generaciones de músicos uruguayos como Jorge Drexler están en la misa ruta artística suya?

-Creo que si bien (Jorge) Drexler no es tan localista en cuanto al porcentaje de música de raíz que mete en sus discos, tiene la impronta uruguaya. Uno se da cuenta de que proviene de una escuela de música popular uruguaya por la forma de tocar la guitarra, de encarar la composición.

-¿La distancia le hizo ver diferente la música de su tierra?

-Hay algo que está claro cuando uno sale de su país y es que se puede ver con mejor perspectiva a la tierra de uno. Y esto va desde lo que uno come, a la forma en que habla la gente. Es decir ver las cosas buenas y malas con mayor nitidez. A mí el hecho de irme me reafirmó un montón de cosas que traía desde el origen, me reafirmó que haciendo música con el sello de mi propia tierra me podía comunicar mucho mejor con los de otras tierras.

-¿Cómo es "Contraseña", su nuevo álbum?

-Es un disco que quería hacer desde hace seis o siete años para sacarme el gusto de tomar como mías composiciones que admiro mucho de autores uruguayos de cinco décadas diferentes: de Zitarrosa, que nació en el 30, hasta Nicolás Ibarburu que nació en los años 70 y todos los que están en el medio. No están todos mis autores preferidos porque solo son 12 canciones, pero me saqué las ganas de cantar temas que me gustan.

-¿Son los temas que canta en las sobremesas de los asados?

-Exactamente. Lo que la gente no sabe es que, en los asados, a los músicos no nos gusta cantar nuestras propias canciones sino divertirnos cantando canciones de otros (risas). Uno siempre tiene canciones de colegas que admira y esa fue exactamente la base de "Contraseña".

-¿Hay resistencia a la globalización que borra las características de cada cultura?

-Nos quieren vender una falsa globalización, y digo falsa porque no me entero de lo que pasa en Lima, en Caracas o en Rosario sino de lo que pasa en Miami y los Grammy Latinos son en Estados Unidos, no entiendo nada. Pero hay un contrapeso espontáneo y es que a nivel regional mucha gente está tomando conciencia de su propio lenguaje, de su identidad y siento que hay una sangre nueva que apunta a cultivar nuestro estilo. Octavio Paz decía que si se pierde una lengua se pierde una visión del universo y yo digo que si se pierde una identidad cultural se está perdiendo una visión del universo. Nosotros podemos hablar de la soledad y del amor, temas que son comunes a cualquier ser humano del planeta, ahora si lo hacemos con nuestro acento vamos a ser mucho más sutiles artísticamente. Si hablamos con nuestro propio idioma siempre vamos a ser mejores personas.

El cantautor presentará su último álbum.