| sábado, 09 de agosto de 2003 | Noticias del clima: Importante aumento de las reservas de agua Sin duda las lluvias de estos últimos días han cambiado la cara de muchos productores. En los últimos artículos venimos siguiendo las distribuciones de humedad para los cultivos implantados en la región pampeana y hoy haremos una nueva descripción, pues los hechos nos llevan a creer muy necesarios estos comentarios.
Las lluvias en lo que va de agosto en la zona de influencia de la ciudad de Santa Fe superaron los 80 milímetros, mientras que el valor normal para todo el mes es de apenas 35 milímetros. En Rosario, en cambio, el saldo actual es de 35 milímetros, algo menor que el esperado para el mes de agosto, cuando se esperan unos 45 milímetros. Recordemos que en agosto del 2002 en Rosario se registraron más de 120 milímetros, de los cuales 90 milímetros correspondieron a registros de sólo dos días: el 17 y el 18 de agosto.
Como saldo de las últimas lluvias (ver figura) una extensa área que abarca la mayor parte de la provincia de Entre Ríos, sur de Santa Fe, extremo este de Córdoba y todo el centro y nordeste de la provincia de Buenos Aires, cuenta con reservas de agua muy superiores a las normales para la época. Este hecho contribuye a mantener vigente la preocupación acerca de la posible reincidencia de enfermedades del trigo hacia la primavera: partiendo de reservas actuales tan altas, aún con lluvias normales en los próximos dos meses podría haber gran cantidad de humedad en primavera.
La contracara de esta situación es el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, donde todavía se observan valores de almacenaje muy inferiores a los habituales. Esto mismo se sigue observando en áreas de La Pampa, aunque con menos intensidad. Sin embargo esa zona del sudoeste bonaerense es la que más se ha beneficiado con las ultimas lluvias, mejorando sus reservas superficiales y permitiendo algunas siembras de trigo de ciclo corto.
Debe quedar claro que si bien las lluvias en la región más afectada por la sequía (nos seguimos refiriendo al sudoeste de la provincia de Buenos Aires) fueron beneficiosas, de ninguna manera lograron revertir totalmente el panorama de déficit hídrico, que seguramente va a estar reflejado en los rendimientos medios del trigo en la zona. Esto se debe a que las capas intermedias e inferiores del suelo todavía no alcanzaron a reponer su humedad luego de la intensa sequía.
En las provincias de Córdoba las lluvias de estos días fueron inferiores a las necesarias, excepto en el este de la provincia. Sin embargo, en el resto de esta provincia el valor de las reservas anteriores al evento no eran tan bajas como en La Pampa.
En resumen, las lluvias de principios de agosto contribuyeron más a aumentar las reservas excesivas del núcleo triguero norte que a aminorar la sequía de la zona triguera sur. Quizás el saldo más positivo de este evento haya sido la precipitación registrada en el noreste del país, donde los bajos niveles de reserva hacían peligrar el normal inicio de la siembra de girasol en esta zona.
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