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 domingo, 06 de julio de 2003

Rosario desconocida: La casa del Che y el canto del Zorzal

José Mario Bonacci (*)

Rosario es cuna de personajes que se apartaron de lo habitual, destacándose en el archivo de la memoria colectiva. Uno fue Ernesto Guevara de la Serna, rebautizado por el vocablo que marca a los argentinos. A partir de su inserción en la revolución cubana comenzó a nombrárselo como el "Che". Fue casualidad su nacimiento en Rosario el 14 de junio de 1928, y así lo afirmó el mismo protagonista de la historia, aunque se haya sentido hincha de Rosario Central.

Desde su partida aún bebé, hasta su muerte en Bolivia en 1967, Rosario no volvió a ser protagonista en su vida, pero fue inevitable que lo atesore como a uno de sus hijos y ser considerado como "el rosarino más famoso en el orbe". Una cordobesa, Rosario, lo cuidó de niño en Alta Gracia. ¿Casualidad?

Entre Ríos 480 fue el sitio fortuito para iniciar su epopeya humana. La Compañía de Seguros "La Rosario" está ubicada en la esquina noroeste, cruce de calles Entre Ríos y Urquiza, hoy con uso cambiado. Con dos ingresos por Urquiza y uno por Entre Ríos, es este el que accede al sector en que está el departamento que albergó a los Guevara. Obra del arquitecto Alejandro Bustillo en 1925, y construido por Ferrarese Hnos. se finaliza en 1927 según publicidad de ese entonces en La Capital.

La arquitectura tiene sus padres. En este caso Bustillo y los Ferrarese fijaron en el lugar su destino particular. ¿Quiénes eran? Su autor intelectual, Alejandro Bustillo nace en Buenos Aires en 1879 en el seno de la más alta burguesía porteña. En 1901 ingresa al Instituto Técnico Superior de Buenos Aires fundado por Otto Krause, inicia luego la carrera de arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, primera del país, fundada por Alejandro Christophersen que además fue su maestro.

Bustillo vive en distintos períodos en París, frecuenta la alta sociedad, y se contacta con argentinos que serán futuros clientes en el país. Experimenta proyectando establecimientos campestres y residencias para propietarios de la clase alta. Es costumbre mencionar obras de su autoría en Mar del Plata que unifican el frente marino, como el hotel Provincial, el Casino y la Rambla. En Bariloche, le pertenece el hotel Llao Llao. No puede olvidarse el encargo de Victoria Ocampo en 1928 para su vivienda en Rufino de Elizalde y R.Castillo, Gran Bourg de Buenos Aires. Precedido por un bosquejo nada menos que de Le Corbusier para calle Salguero que no se concreta, es Bustillo el elegido, resolviendo un programa similar fijado para la primera de las ubicaciones.

Un juego de cubos y prismas blancos genera interiores que dejan de lado al beaux arts, aunque no así la planta que estructura la vivienda. Bustillo es autor del Banco de la Nación en Rivadavia y Balcarce frente a Plaza de Mayo y Casa Rosada, que ocupa una manzana de proporciones colosales con 40 metros de alto, y alberga el espacio de la sala de la banca en un salón operativo octogonal y con 36 metros de alto, remata en una cúpula vidriada de 50 metros de diámetro.

Algunos referentes alrededor de 1928 y contemporáneos del sitio natal del Che incluyen las residencias Tornquist, del Solar Dorrego, Lix Klett, el edificio Martínez de Hoz, todas ubicadas en Capital Federal. El Mar del Plata Golf Club también pertenece a su producción iniciada en 1915 y se extiende hasta los años 70. Bustillo acompaña al arquitecto Angel Guido en el concurso para el Monumento Nacional a la Bandera, que ganan en 1939. Diferencias en el desarrollo proyectual hacen que se aparte de la tarea.

Guido y Enrique Ferrarese, italianos inmigrantes conocedores del arte de la construcción, materializaron en el espacio la concepción de Bustillo. En Entre Ríos 480 sobre la entrada, sendas placas dejan constancia de esta asociación para hacer nacer la obra. A la izquierda del umbral rastros de un atentado con bomba por anunciarse una placa recordatoria del Che que aún hoy espera su destino.

El Palacio Fuentes (Santa Fe y Sarmiento) del arquitecto Juan Durand también es obra de los Ferrarese en 1923, así como la visera de la tribuna oficial en el estadio de Newell's Old Boys y el edificio del country en Fisherton, sólo por mencionar una parte de su producción.

Esta ciudad, primera exportadora mundial de granos hacia los años 1926-1927 inauguró en 1904 con apenas dos meses de diferencia los dos teatros máximos: El Círculo y el Colón. A fines de los 50, este último cayó víctima de la especulación inmobiliaria sin que la ciudad reaccionara. Junto al edificio natal del Che se unían medianera por medio conformando en Urquiza al 1300 una cuadra completa realmente monumental para aquellos tiempos. El Che tenía falta de oído para la música y sólo distinguía al tango y su ritmo repetitivo al momento de la danza: uno, dos, tres...cuatro, uno, dos, tres...cuatro.

En 1914, Carlos Gardel actuó aquí por primera vez en el Colón y tres años después inventó la manera de cantar el tango. El 22, 23 y 24 de abril de 1933 el Mudo actuó por última vez en el Cine-Teatro Broadway y nunca más volvió. Esto ocurría en San Lorenzo al 1200, a 150 metros del lugar en que nació Ernestito, o Ernestico, o el Che...¿Será verdad que las paredes y espacios guardan en su piel sentimientos y latidos de sus habitantes? Si es así, esta es una manera en que la ciudad sorprende y dice que está viva a través de la imaginería popular. Por su invento considera a Gardel un revolucionario, mientras que el Che por todo lo que hace, simplemente es Gardel. ¿Por qué no?



(*) Arquitecto

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La casa donde vivió el Che, en Entre Ríos 480.

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