Tucumán: El jardín de la independencia

Museos, iglesias, parques, universidades y una variada vida cultural y nocturna convierten a San Miguel de Tucumán en uno de los destinos preferidos del Noroeste. Pero quienes visiten por estos días el jardín de la República podrán participar de los festejos oficiales organizados para celebrar el aniversario del 9 de julio de 1816, cuando fue declarada la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata sobre la corona española, en la histórica casa que hoy funciona como museo.

San Miguel de Tucumán es la ciudad capital de la provincia más pequeña de Argentina. Ubicada en el noroeste del país, su historia trasciende el territorio que actualmente ocupa. Su nacimiento data del año 1565 y en aquel entonces se ubicaba frente a la principal salida de los cordones montañosos del Aconquija, posición estratégica que aseguraba la protección de los caminos que avanzaban por los llanos.

En el año 1600, el fraile Antonio Vázquez de Espinosa describió a la todavía joven ciudad como un lugar próspero de clima cálido y húmedo en el que se criaban mulas y ganado, se trabajaba el lienzo de algodón y en el que vivían 250 españoles.

Pero treinta años después un levantamiento calchaquí terminó con la buena suerte de la ciudad. A esto se sumó un problema con la calidad del agua, a la que se atribuían gran cantidad de enfermedades. Fue así como se autorizó desde España cambiar de lugar a San Miguel de Tucumán.

En 1685, se fundó nuevamente la ciudad en su actual ubicación. La mudanza llevó unos cinco años, recién entonces San Miguel se puso nuevamente en marcha.

Algunos edificios de la ciudad aún se mantienen en pie, tal es el caso de la Casa de la Independencia. A pesar de los constantes cambios que trajo consigo la modernidad muchas casas e iglesias antiguas encontraron su espacio en la capital de la provincia, allí quedaron como testigos de la historia y se convirtieron en una invitación para los turistas interesados en el patrimonio arquitectónico.


La jura de la Independencia
La Casa de Tucumán, -cuya construcción original es de fines del siglo XVIII- fue demolida a comienzos del siglo XX y sólo se conservó el salón donde se juró la Independencia, protegido por un edificio llamado El Templete. La casa fue reconstruida en 1943 con elementos originales del siglo XVIII. Hoy es Monumento Nacional y Museo de la Independencia y cuenta con diez salas destinadas a exposiciones permanentes o transitorias, una biblioteca y archivos, y dependencias destinadas a áreas técnicas, administrativas y de mantenimiento. La casa cuenta con cuatro patios y jardines.

El museo alberga testimonios de los avatares por los que atravesó nuestro país en los siglos XVIII y XIX. En el salón de la jura pueden verse los retratos de 28 de los veintinueve diputados que firmaron el Acta de la Declaración de la Independencia, la mesa donde se firmó el acta, los sillones de las autoridades de la asamblea y el crucifijo que presidió las sesiones.


Por el centro cívico
Para conocer en profundidad la ciudad el recorrido ideal comienza en la plaza Independencia, centro cívico y social desde su fundación. Alrededor de la plaza se encuentran algunos de los edificios más importantes como la Casa de Gobierno, la catedral, la casa Nougués (actual sede de la secretaría de Turismo), la casa Padilla, el Jockey Club, la Federación Económica y el ex Plaza Hotel. También frente a la plaza está la Caja Popular de Ahorros de la Provincia, junto al ex Cine Plaza.

A poco más de 100 metros de la plaza Independencia se encuentra la Casa Histórica, también conocida como "casita de Tucumán", en la que se declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata sobre la corona española el 9 de Julio de 1816. Hoy convertida en museo se pueden recorrer las distintas salas que rememoran el trascendente acontecimiento.

Mientras que sobre calle 24 de septiembre, y a pocos metros de la plaza principal, se encuentra el Museo Folclórico Provincial, donde se presentan excelentes muestras de la artesanía popular y folclórica de Tucumán y otras provincias norteñas.


Edificios y esquinas pintorescas
Para continuar con un recorrido histórico y arquitectónico vale la pena dirigirse por calle 25 de Mayo hacia la zona norte de la ciudad. En la esquina de calle San Martín se encuentra la iglesia de San Francisco. Desde allí se accede al microcentro de la ciudad, donde se destacan centros comerciales.

Asimismo sobre la esquina de calle Córdoba se encuentra el edificio del Correo. Algunas cuadras más adelante está una de las zonas más pintorescas de la ciudad: alrededor de la plaza Urquiza se levantan importantes edificios, tales como el casino, el teatro San Martín y la Legislatura. Luego de probar una típica empanada tucumana, es recomendable caminar algunas cuadras desde microcentro para conocer el parque 9 de Julio, que posee un exquisito diseño. Aquí se encuentra la casa del obispo Colombres, donde está el primer trapiche de Tucumán. También hay un pequeño lago, el autódromo, campings, clubes, bares, restaurantes, el hipódromo y monumentos de célebres personajes del país.

A pocos kilómetros de San Miguel de Tucumán se encuentra la vecina localidad de Yerba Buena, al pie del cerro San Javier. Este lugar se caracteriza por ser una zona residencial con hermosos barrios y countries.

En los últimos años se desarrolló como centro de la vida nocturna de los tucumanos debido a su variedad de discotecas, bares y restaurantes.