| domingo, 06 de julio de 2003 | La trastienda de una compleja negociación que quebró la relación Carrió-PS El socialismo mastica bronca y hace catarsis por el desplante Pese al intento de Binner de calmar los ánimos, desde su sector acusaron a Lilita de buscar tan sólo cargos Javier Felcaro / La Capital El paso del huracán Lilita por Rosario dejó al Partido Socialista (PS) en reservado estado deliberativo y mascando muchísima bronca. Por eso, la decisión del ARI de no adherir a la Confederación Encuentro Progresista, presentar boletas propias y sólo apoyar la candidatura a gobernador de Hermes Binner es vista por sus ex socios como la resultante de una frustrada puja por cargos, que, a su vez, asestó un duro y peligroso golpe a la estructura que se intenta consolidar para desalojar al justicialismo de la Casa Gris.
La filosa sentencia lanzada el viernes por Elisa Carrió, "nacimos para construir algo distinto y no volver al pasado", causó un profundo dolor entre los socialistas, fogoneros de la neocoalición provincial y ahora más preocupados que nunca por la conducta de la diputada chaqueña.
Ayer por la mañana, La Capital constató que la tropa del PS acusó el impacto. Pero una llamada telefónica del intendente rosarino buscó templar los ánimos, enfatizando en la necesidad de mantener un prudencial silencio stampa para no multiplicar las evidentes muestras de malestar y reavivar la polémica con los aristas.
Quienes transitan la vereda socialista aseguran no comprender las razones del plantón. Y anteponen como prueba las permanentes conversaciones entre Binner y Lilita, al tiempo que una comisión de acuerdo piloteaba, con "diálogos unilaterales armoniosos", las tratativas en Santa Fe.
Sin vueltas, desde el PS pasaron factura: "Usan un doble discurso. Ahora resulta que Carrió estuvo dos meses negociando con la vieja política, porque en su momento no dijo ni mu sobre el Encuentro Progresista y sus integrantes".
En plan de balance, los socialistas evaluaron que lo "más pragmático" que hizo el ARI fue sentarse a discutir cargos. Por eso recordaron que las primeras exigencias apuntaron a las candidaturas a vicegobernador y a primer diputado nacional, aunque antes de romper terminaron aceptando el tercer lugar de esa lista.
Los aristas también pidieron un diputado provincial cada cuatro del resto de los miembros de la alianza, y el PS contraofertó uno cada seis. Luego vino un último planteo en procura de un mejor lugar en esa lista del primer aspirante del ARI. "Dijimos que sí, pero solo para ese cargo. Fue una propuesta que se aproximó a lo que ellos pretendían", señalaron desde el socialismo, a esta altura un verdadero hervidero.
Pero lo que provocó escozor fue la credencial que los aristas pusieron sobre la mesa al iniciar las conversaciones: Carrió posee el 25 por ciento de los votos en la provincia y encarna la figura de gran electora (en base a su performance del 27 de abril). Una chapa que, para el PS, es dominio exclusivo de Binner.
Sin poder zafar del efecto sorpresa, en el socialismo recordaron que hace quince días el ARI había aceptado el tercer lugar en la lista a diputado nacional y que a escasos minutos del anuncio de Carrió algunos de sus operadores sostuvieron públicamente que la negociación estaba encaminada.
No obstante, esta conflictiva relación política (que ya había activado una alarma durante las elecciones presidenciales) constantemente dejó entrever que nada era tan simple como se pretendía hacer parecer.
Basta con repasar el reclamo inicial de "generosidad" en boca de la líder arista, la posterior inscripción de sublemas propios para los comicios provinciales y una amenaza de ir por afuera de la alianza, que si bien obedeció al clásico tira y afloje de toda etapa negociadora, se hizo sentir en uno de los contactos personales con Binner.
En el PS también sintonizaron con la dura réplica que ensayó el presidente del comité provincial del radicalismo, Santiago Mascheroni. "Tiene razón... Acá el único beneficiado es el PJ. Es incomprensible, porque hasta rompimos reglas de juego para que el ARI se integre. El resto de los partidos quería lo mismo que ellos", bramaron.
Además, trataron de contrarrestar la embestida de Lilita subrayando que los aristas jugaron en Tucumán con Recrear (Ricardo López Murphy), la UCR y partidos provinciales "anacrónicos". Entonces dejaron picando un interrogante: "¿Esto no es la vieja política?".
Tras subrayar que el senador nacional Horacio Usandizaga está afuera de la contienda electoral y calificar de "reprochable" la actitud política de la jefa del ARI, ironizaron con que "si nos apoya de este modo, gracias... mejor que no lo haga". Además, repudiaron el "relaje gratuito" al que sometió al diputado Rubén Giustiniani.
En su paso por Rosario, Carrió había estimado que "a esta altura, si tenemos que terminar junto a Usandizaga, la pregunta sería por qué hicimos todo lo que hicimos en los últimos dos años, ¿no?". En el PS tomaron nota y retrucaron: "Venimos trabajando desde hace tres meses en la confederación, pero ella se enteró ahora de quiénes la integran".
Aguijoneados, asociaron el accionar de la legisladora a una paulatina pérdida de protagonismo político, detallando que "primero le dio rédito pegarle a Fernando de la Rúa cuando ni siquiera había empezado a gobernar, luego tuvo cartel en temas muy sentidos por la gente y ahora su apoyo pasa por castigar a Binner, hoy por hoy, el mejor elector santafesino".
Mal augurio Si bien nadie aventuró un análisis de las consecuencias de esta tormenta de campaña que sacudió al socialismo, arriesgaron que la decisión de Lilita tendrá un efecto bumerán en Santa Fe.
"Hay que detenerse en la reacción de lo poco que tienen en la provincia. Todos vinieron a plantear que quieren jugar con nosotros. En el interior la cosa les va a salir muy mal", fue el augurio final. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Carrió dijo que solamente avala a Binner. | | |