López Murphy: "Ahora todo el mundo es oficialista"

El líder de Recrear advirtió que nadie habla de problemas como la deuda y dijo que será "mesurado pero no cómplice"

Daniel Leñini / La Capital

Ricardo López Murphy asegura que la campaña electoral le hizo perder dos cosas: la "noción del tiempo" para hablar y la silueta. "Estoy haciendo un tremendo esfuerzo para volver a hablar en un determinado tiempo y retornar a un peso que me permita abrochar el saco", señala a La Capital el ex candidato presidencial que más votos obtuvo desde la oposición en la primera vuelta del 27 de abril.

-¿Qué espacio le queda a Recrear?

-Animarse a decir las cosas en una época en que todo el mundo es oficialista y nadie menciona los problemas que tenemos. El último año y medio no fue inocuo: nos metieron algo así como 45 mil millones de dólares de deuda. Esa sensación de que estamos más tranquilos no es razonable, debajo nuestro corre un problema enorme: la deuda, que pasará a dominar la recuperación. Hasta que no se defina con claridad cuál es el esfuerzo fiscal a realizar, los impuestos que se tendrán que pagar, será muy difícil ver inversiones.

-¿Qué se debe hacer entonces?

-Resulta vital una presentación del programa del gobierno. En estos momentos de negociación con los organismos multilaterales es propicio conocer el programa para que se organice el debate racional sobre aspiraciones y estrategias. Falta el debate sobre los impuestos que fueron elevados de manera extraordinaria. Me asombra que mientras en Alemania, en todo el mundo, la agenda es cómo bajar los tributos, aquí nadie lo plantea. La discusión en la Argentina de hoy parece estar centrada en el nivel de superávit primario. Pero, ¿con qué presión impositiva? Con la que Duhalde nos dejó, es inaceptable. Hay que empezar a bajar la presión impositiva extravagante.

-Usted dijo que intenta ser prudente para no caer en un debate prematuro que afecte la gobernabilidad. ¿Cuál es el equilibrio?

-Hasta ahora sólo mencioné los episodios institucionales que no me parecen buenos, en eso voy a ser implacable, pero evitaré caer en un clima que no ayude. Desde ya, advierto: no es cierto que postergar las reformas y la agenda de problemas permitirá que la situación se normalice. Eso puede ser cuando las estructuras básicas son sanas, pero aquí hay una profunda enfermedad en el diseño institucional cuya demora agrava los problemas y sólo acumula más deuda, más desempleo, descapitalización, frustración, pesimismo. Por eso no le vamos a permitir al gobierno de turno que su estrategia sea seguir echando los temas bajo la alfombra. Vamos a ser prudentes y mesurados, pero no cómplices; se necesita reacción a tiempo con un programa integral, energía y enormes convicciones, que no sea sólo abrumar a la opinión pública con episodios aislados que solamente intentan generar una reacción favorable. Fíjese: las reelecciones indefinidas en las provincias representan una grave patología, y la complicidad del presidente en eso es un problema.

-En Santa Fe hubo presiones del PJ en la misma dirección, pero el gobernador desautorizó los intentos.

-Es bueno que no haya reelección indefinida porque genera la perpetuación en el poder y las patologías que vivimos en San Luis, Salta o Formosa.