Las "picadas" siembran el pánico en Bariloche

Los sectores céntricos de la ciudad cordillerana son convertidos en pistas de carrera. Temen un desastre

Las "picadas" automovilísticas clandestinas, que involucran a decenas de vecinos de todas las edades, se adueñan durante las madrugadas de calles y sectores céntricos de Bariloche, sembrando el pánico entre vecinos y turistas.

La pasión y la organización de estas competencias ha llegado a tal extremo que para este fin de semana sus organizadores anunciaron que habrá un auto pistero (pintado y preparado para correr) como premio para el ganador de la competencia general.

Otro de los datos singulares de estas competencias es la edad de los pilotos, que no conoce límites. El subcomisario Daniel Navarro, jefe de Seguridad Vial, recordó que "en uno de los operativos realizados hace dos meses, se multó a un hombre de 50 años, que competía en su vehículo junto a su esposa y a sus dos hijos menores de edad".

La policía no logra controlar el problema, ya que los competidores esperan a que se retiren los patrulleros para volver a las "picadas".

La pasión automovilística se desata en las primeras horas de la madrugada y se concentra en principio en un playón de estacionamiento, ubicado a metros del Centro Cívico, en la costa del lago Nahuel Huapi, frente a la zona de boliches bailables de la costanera.


En dos hileras
Allí coinciden, en especial los fines de semana, entre treinta y cuarenta autos que son ubicados a los costados de la "pista" en dos hileras, y van cursándose desafíos de a dos autos por carrera.

De punta a punta del estacionamiento hacen un recorrido en línea recta a lo largo de cien metros, en los que desarrollan toda la velocidad que pueden.

La práctica, que tiene años de existencia, ya suma varios roces y choques, el más importante de los cuales sucedió hace unas semanas cuando dos competidores se tocaron y uno de ellos se llevó por delante una hilera de autos, donde había espectadores, aunque nadie salió herido.

A medida que avanza la noche, los desafíos se recalientan a la par de los motores, y es habitual que se trasladen a las calles céntricas de Bariloche.

La preferida es la avenida Costanera, un bulevar con pinos en el centro, que a lo largo de 15 cuadras se extiende desde el Centro Cívico hasta la diagonal Capraro. Pero también algunos fanáticos más negligentes eligen correr en la más transitada calle Mitre, protagonizando accidentes cada tanto, e indignando a los vecinos.

El fin de semana pasado se produjo el estruendoso vuelco de un Fiat Uno en la Costanera, conducido por un chico de 19 años, quien salió ileso.

El más grave de los accidentes con un coche pistero fue el que le costó la vida a Flora Rucal (65 años), quien fue atropellada por Antonio Tesarolo (25) al mando de un vistoso Torino amarillo.

Versiones policiales indicaron que luego de esto, Tesarolo habría repintado el Torino y regresado a las picadas, aunque esta versión no pudo ser confirmada oficialmente.

Navarro explicó que los agentes circulan todas las noches por el lugar y labran infracciones a los conductores que no tienen la papelería en regla.

Indicó que también se verifica el consumo de alcohol entre los participantes, y dijo que desde que comenzaron los operativos se labraron cerca de 20 infracciones.

El funcionario destacó que hace poco la Justicia inhabilitó a uno de los participantes para conducir por seis meses y lo multó con 200 pesos.

No obstante, reconoció que "los controles no son suficientes, ya que las infracciones que se labran luego no son ejecutadas, por lo que la mayoría de los automovilistas pueden volver a correr el fin de semana siguiente".

Ante el descontrol de la situación, algunos dirigentes deportivos, corredores de picadas y autoridades municipales, intentaron trasladarlos al autódromo local, cuya pista es de tierra.

Pero los fanáticos descartaron de plano esa alternativa, asegurando que para ellos "es indispensable competir sobre asfalto". (Télam)

Todo clandestino y un auto pistero de premio.