Javier Felcaro / La Capital
"(El presidente Néstor) Kirchner no aceptará ningún tipo de presión". De este modo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, reforzó la avanzada sobre los cuestionados jueces de la Corte Suprema. Un jugada enmarcada en un proceso de cambio que, según el funcionario, promete no detenerse "por más duras que parezcan las tomas de decisiones". En una entrevista exclusiva con La Capital, Fernández renovó la apuesta oficial al diputado Jorge Obeid de cara a las elecciones santafesinas, el 7 de septiembre. "Para el gobierno, ese hombre es del justicialismo, sin ninguna duda. No hay posiciones tibias ni de discusión", enfatizó el quilmeño, echando por tierra las conjeturas que abrió la foto del jefe del Estado junto al intendente de Rosario, Hermes Binner, el aspirante socialista a la Casa Gris. -Julio Nazareno sigue diciendo que no sabe a qué tipo de extorsión se refirió Kirchner. -El presidente entiende, y así lo hizo saber en su discurso, que cuando sienta algún tipo de presión, que están confrontando o jugando con él, lo hará conocer. Existen determinados elementos que suman a una necesidad de reconversión en la búsqueda de calidad institucional en el país. No sólo para el Ejecutivo sino para el resto de los poderes. En este caso, cuando Kirchner considera que hay comportamientos en la Corte que implican desprestigio, lo hace saber. Lo que él dijo es que nadie tenga dudas en el Congreso sobre cuál es la posición del jefe del Estado respecto a las decisiones a tomar. Sin meterse en lo que no le corresponde ni atribuirse facultades que no posee. -¿Le consta que hubo presiones al ministro de Economía, como se sugirió? -No, pero el presidente tuvo expresiones en ese sentido que fueron muy duras. Kirchner no aceptará ningún tipo de presión. Ni económica ni de otra característica. -Elisa Carrió pidió avanzar a paso tranquilo. ¿Comparte esta visión? -Puedo compartir el fondo de su análisis porque, en definitiva, uno sabe que es una persona bien intencionada. Sin embargo, no coincido con lo de los tiempos, porque es el presidente quien tiene la responsabilidad de evaluar estas cosas. -También se plantearon ciertas dudas sobre lo que vendrá en el alto tribunal después de una eventual depuración. -El Ejecutivo tiene la responsabilidad de gobernar, y si ve elementos que conspiran contra el mejoramiento de la calidad institucional debe denunciarlos sin ningún tipo de cortapisa. No puede haber en el medio algún otro tipo de decisiones que le pongan un freno a este cambio. Tienen que hacerlo y punto, y eso es lo que el presidente ha decidido. -¿El objetivo central es ir a fondo con este proceso de cambio? -No tenga dudas. Desde el primer momento que comenzó su gestión, el presidente tomó una posición muy fuerte respecto a producir los cambios. Y lo hizo cuidando las formas, por más duras que parezcan las tomas de decisiones. -¿Cuál es la apuesta del gobierno para las elecciones en Santa Fe, teniendo en cuenta que hay aval a Obeid pero también una foto junto a Binner? -Para el gobierno ese hombre (Obeid) es del justicialismo, sin ninguna duda. No hay posiciones tibias ni de discusión. Kirchner es peronista y conformó el espacio más pluralista posible, pero siempre en un marco de respeto por aquellos que trabajaron fuertemente por el partido, y eso es lo que va a ocurrir en Santa Fe. -¿Cómo está hoy la relación con Reutemann? -La relación es muy buena. Además, el gobierno nacional tomó con mucha seriedad y respeto lo que le está pasando a los santafesinos con la inundación. No hay lugar para andar cabestreando a la hora de las decisiones destinadas a resolver los problemas de quienes tanto han sufrido. -Se rumoreó que desde la Casa Rosada le bajaron línea al gobernador. -No, no... Descártenlo, es algo que carece de sentido. Sería una falta de respeto asombrosa. Nosotros no tenemos esas actitudes y mucho menos con Reutemann, con quien mantenemos una excelente relación, hasta de afecto. "(El presidente Néstor) Kirchner no aceptará ningún tipo de presión". De este modo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, reforzó la avanzada sobre los cuestionados jueces de la Corte Suprema. Un jugada enmarcada en un proceso de cambio que, según el funcionario, promete no detenerse "por más duras que parezcan las tomas de decisiones". En una entrevista exclusiva con La Capital, Fernández renovó la apuesta oficial al diputado Jorge Obeid de cara a las elecciones unificadas del 7 de septiembre próximo. "Para el gobierno, ese hombre es del justicialismo, sin ninguna duda. No hay posiciones tibias ni de discusión", enfatizó el quilmeño, echando por tierra las conjeturas que abrió la foto del jefe del Estado junto al intendente de Rosario, Hermes Binner, el aspirante socialista a la Casa Gris. -Julio Nazareno sigue diciendo que no sabe a qué tipo de extorsión se refirió Kirchner. -El presidente entiende, y así lo hizo saber en su discurso, que cuando sienta algún tipo de presión, que están confrontando o jugando con él, lo hará conocer. Existen determinados elementos que suman a una necesidad de reconversión en la búsqueda de calidad institucional en el país. No sólo para el Ejecutivo sino para el resto de los poderes. En este caso, cuando Kirchner considera que hay comportamientos en la Corte que implican desprestigio, lo hace saber. Lo que él dijo es que nadie tenga dudas en el Congreso sobre cuál es la posición del jefe del Estado respecto a las decisiones a tomar. Sin meterse en lo que no le corresponde ni atribuirse facultades que no posee. -¿Le consta que hubo presiones al ministro de Economía, como se sugirió? -No, pero el presidente tuvo expresiones en ese sentido que fueron muy duras. Kirchner no aceptará ningún tipo de presión. Ni económica ni de otra característica. -Elisa Carrió pidió avanzar a paso tranquilo. ¿Comparte esta visión? -Puedo compartir el fondo de su análisis porque, en definitiva, uno sabe que es una persona bien intencionada. Sin embargo, no coincido con lo de los tiempos, porque es el presidente quien tiene la responsabilidad de evaluar estas cosas. -También se plantearon ciertas dudas sobre lo que vendrá en el alto tribunal después de una eventual depuración. -El Ejecutivo tiene la responsabilidad de gobernar, y si ve elementos que conspiran contra el mejoramiento de la calidad institucional debe denunciarlos sin ningún tipo de cortapisa. No puede haber en el medio algún otro tipo de decisiones que le pongan un freno a este cambio. Tienen que hacerlo y punto, y eso es lo que el presidente decidió el miércoles. -¿El objetivo central es ir a fondo con este proceso de cambio? -No tenga dudas. Desde el primer momento que comenzó su gestión, el presidente tomó una posición muy fuerte respecto a producir los cambios. Y lo hizo cuidando las formas, por más duras que parezcan las tomas de decisiones. -¿Cuál es la apuesta del gobierno para las elecciones en Santa Fe, teniendo en cuenta que hay aval a Obeid pero también una foto junto a Binner? -Para el gobierno ese hombre es del justicialismo, sin ninguna duda. No hay posiciones tibias ni de discusión. Kirchner es peronista y conformó el espacio más pluralista posible, pero siempre en un marco de respeto por aquellos que trabajaron fuertemente por el partido, y eso es lo que va a ocurrir en Santa Fe. -¿Cómo está hoy la relación con Carlos Reutemann? -La relación es muy buena. Además, el gobierno nacional tomó con mucha seriedad y respeto lo que le está pasando a los santafesinos con la inundación. No hay lugar para andar cabestreando a la hora de las decisiones destinadas a resolver los problemas de quienes tanto han sufrido. -Se rumoreó que desde la Casa Rosada le bajaron línea al gobernador. -No, no... Descártenlo, es algo que carece de sentido. Sería una falta de respeto asombrosa. Nosotros no tenemos esas actitudes y mucho menos con Reutemann, con quien mantenemos una excelente relación, hasta de afecto.
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