Gaza. - El grupo militante islámico Hamas dijo ayer que suspendía las conversaciones con el primer ministro palestino, Mahmoud Abbas, sobre el fin a los ataques contra israelíes, en un fuerte desafío a las promesas de Abbas en la cumbre con EEUU e Israel. El anuncio enfrenta a los palestinos radicales con el nuevo gobierno reformista de Abbas, lo que podría generar temores de una guerra civil. "Hemos acabado el diálogo con la Autoridad Palestina", dijo el fundador y líder espiritual de Hamas, jeque Ahmed Yassin. "Esa es nuestra decisión y no tenemos alternativa. La resistencia armada continuará", agregó. Miles de simpatizantes de Hamas, reforzando las palabras de Yassin, realizaron ayer manifestaciones en varias ciudades de la Franja de Gaza prometiendo continuar los ataques -incluyendo atentados suicidas- contra los israelíes. Unos 6.000 simpatizantes de Hamas marcharon en el campo de refugiados de Nusseirat y Jabaliya y en la sureña Rafah, todas localidades de la franja de Gaza, para rechazar la hoja de ruta. "¡No a las cumbres que consagraron la expoliación de nuestros derechos históricos!" y "¡La resistencia continuará hasta el final de la ocupación!", gritaron los manifestantes en Nusseirat, enarbolando banderas palestinas y del Hamas. Yassin dijo que Abbas hizo compromisos inaceptables en una cumbre tripartita con EEUU e Israel, celebrada el miércoles en la ciudad portuaria de Aqaba, en Jordania, y a la que asistieron, además de Abbas, el presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro israelí, Ariel Sharon. Abbas, también conocido por su nombre de guerra de Abu Mazen, exhortó en la cumbre a la desmilitarización de la rebelión palestina de 32 meses, abogando de hecho por el fin de la lucha armada de los palestinos por un Estado independiente. Bush, consolidando su nuevo papel como mediador para la paz en Medio Oriente tras la guerra en Irak, obtuvo una promesa de Israel de desmantelar algunos asentamientos improvisados de colonos judíos en Cisjordania y el respaldo de la creación de un Estado palestino "viable". Hamas ha estado a la vanguardia de los ataques contra israelíes, entre estos decenas de atentados suicidas, durante la revuelta e indicó inmediatamente tras la cumbre que no depondría las armas. El plan de paz llama al fin de la violencia entre palestinos e israelíes y a medidas recíprocas dirigidas a edificar la confianza entre las partes, entre estas el congelamiento de la expansión de los asentamientos judíos en territorios ocupados, con vistas al establecimiento de un Estado palestino en el 2005. Abbas, esperando evitar una confrontación con Hamas, sostuvo conversaciones sobre una tregua con el grupo antes de la cumbre de Aqaba y había expresado su confianza de que persuadiría a éste para declarara una tregua en las conversaciones próximas. Yassin dijo que Hamas estaba poniendo fin al diálogo porque Abbas ignoró en la cumbre temas claves como el derecho de regreso de los refugiados palestinos a lo que ahora es Israel, y el futuro de Jerusalén. En comentarios sobre la decisión de Hamas, el ministro palestino Ziad Abu Amr indicó que Abbas haría todo lo que estuviera a su alcance para evitar un conflicto armado con el grupo. El gobierno, dijo Abu Amr, se comprometió a "no recurrir a la fuerza" para resolver asuntos internos. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, calificó a Hamas como "un enemigo de la paz" e instó a todas las partes en la región a desmantelar toda "la infraestructura del terrorismo". "Hamas es un enemigo de la paz. Nosotros seguiremos trabajando con las partes en el intento de concretar la «hoja de ruta»", dijo. (Reuters y Télam)
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