 |  | Editorial Buena señal, escenario incierto
 | Desde hace largo tiempo la principal obsesión argentina se relaciona con la economía, y más específicamente con ese valor esencial en toda sociedad que constituye el trabajo. Si se analizan, en efecto, las variables que reflejan las principales inquietudes de la gente de acuerdo con encuestas especializadas se verá que el desempleo es la preocupación mayor, por encima incluso de la inseguridad, la educación o la Justicia. Anteayer La Capital divulgó los resultados de un informe realizado por la Universidad Torcuato Di Tella que revelaba el crecimiento de la demanda laboral en Rosario y confirmaba la tendencia a la reactivación que se preanuncia desde mediados del año pasado. Sin embargo, las advertencias realizadas por distintos sectores sobre un amesetamiento en la recuperación encienden una luz de alerta que no debe ser ignorada. Los signos son contradictorios y ameritan un análisis matizado: por un lado, mayo fue el primer mes de deflación del período posdevaluatorio y por el otro, referentes de la industria se quejaron de la baja en el valor del dólar y aludieron con preocupación a la parálisis del proceso de sustitución de importaciones. La situación puede desconcertar: es que la disparada inicial de la moneda norteamericana, que tanto ayudó a los sectores productivos, fue el detonante de un proceso inflacionario que recayó con fuerza destructiva sobre el bolsillo de los asalariados. Muchas variables se combinan en un escenario complejo y, aunque ya más claro, todavía teñido de incertidumbre. La falta de crédito es factor decisivo y también conspiró en gran medida contra el definitivo despegue la inquietud que generó entre los potenciales inversores el reñido proceso eleccionario. El gobierno de Néstor Kirchner cuenta con el beneficio extra -atípico en la historia política argentina- de un ministro de Economía sólidamente instalado en su puesto y una cuesta que ya comenzó a ascenderse durante la gestión presidencial anterior. Las líneas elegidas parecen ser las adecuadas y hasta los más acérrimos críticos han expresado su reconocimiento: el caso más reciente es el del indio Anoop Singh. Sin embargo, correspondería no olvidar que todavía falta mucho y que la prudencia debe seguir siendo la principal compañera de viaje.
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