José M. Petunchi / La Capital
El objetivo que le queda por buscar a Newell's en este torneo Clausura es claro: llegar a la Copa Sudamericana. El modo de hacerlo, también: ganando. Y con esa ilusión se trasladó hasta esta ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires. Pero al margen del necesitado Olimpo, su rival en cuestión, su principal adversario será otra vez su rendimiento. Es que si los rojinegros pretenden llevarse los tres puntos para Rosario deberán derrotar a los fantasmas, a los vaivenes y a los estigmas que lo tienen a maltraer en los últimos encuentros. Si los dirigidos por el Bambino Veira logran desprenderse de ese lastre, el triunfo les quedará al alcance de la mano, independientemente de la ausencia obligada de Mauro Rosales. "No cabe otro resultado que ganar", repiten los jugadores a cada instante de cara a la chance intacta que tienen de ingresar a una copa. A esta altura es justo aclarar que sus posibilidades están más ligada a las deficiencias de sus competidores que a las virtudes que mostró hasta aquí. Por eso para llegar a la meta anhelada deberán archivar definitivamente el tiempo de las insinuaciones y tendrán que confirmar alguno de los buenos parciales que sacaron a relucir en las últimas fechas. Ya es tiempo de que la consolidación vaya ganándole la batalla a los lamentos y arrepentimientos de un plantel demasiado acostumbrado a los sinsabores y a naufragar, con cierto conformismo, por la medianía de la tabla. Como si esto fuese poco, el grupo también deberá sobreponerse a la ausencia por lesión de Mauro Rosales, el arma ofensiva más determinante de Newell's a lo largo del Clausura y un delantero que entiende a la perfección el libreto del técnico a la hora de pararse, especialmente de contra. A este factor negativo también habrá que sumarle el pésimo estado de la cancha, que de por sí es muy chica, por lo que la fricción en el medio está casi garantizada, con lo que el balón deberá salir rápido y prolijo de esa zona si quieren progresar con peligro. Otro de los ítems a tener en cuenta son las pelotas aéreas, puesto que Olimpo tiene uno de sus fuertes en el cabezazo, justamente uno de los aspectos más vulnerables de la defensa leprosa, que en los últimos encuentros dio muchas ventajas. Y, al margen de la licencia que le dio el DT, por ese lado se puede buscar la explicación a la salida de Leo Fernández -terminó pagando los platos rotos de varios- y el corrimiento del Colorado Ré. Newell's tiene claro el objetivo. Le falta la manera de llevarlo adelante. La mejoría que exhibió ante Gimnasia en el último partido en el Coloso fue una buena muestra, aunque no lo suficiente como para cerrar el partido. Ahora falta que archive las insinuaciones, que alcance el equilibrio que no tuvo hasta el presente y entonces sí meterse a pelear en serio por la meta que más lo seduce a esta altura: la Copa Sudamericana.
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