En una maniobra destinada a cuidar su campo de acción, el presidente del Banco Central (BCRA), Alfonso Prat Gay, tomó distancia ayer del gobierno nacional y lanzó fuertes críticas contra el presidente Néstor Kirchner, el Ministerio de Economía y el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque luego quiso poner paños fríos sobre estas declaraciones mediante un comunicado oficial.
Prat Gay habló por la mañana durante un seminario realizado en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Buenos Aires, y consideró que las expresiones del presidente Kirchner en cuanto a su preferencia por mantener el dólar a tres pesos son "un disparate", a la vez que afirmó que el FMI define la política económica en la Argentina, además del Ministerio de Economía y la entidad que él preside.
En declaraciones que reprodujo la agencia Bloomberg, Prat Gay afirmó que en la Argentina "hay tres actores definiendo la política económica" y consideró que esas instancias son el Ministerio de Economía, la entidad que él preside y el FMI.
El funcionario reveló que Kirchner le dijo que "le gustaría un dólar de tres pesos", lo que consideró "un enorme disparate", al asegurar que "el presidente no tiene que dar nunca semejante nivel de detalle".
"El presidente nos dijo que le gustaría un dólar de tres pesos, lo cual en este ambiente es un enorme disparate", estimó. Prat Gay recordó que durante tres años estuvo viviendo en Londres analizando la evolución de las diferentes monedas y señaló que "no hay forma de pronosticar un tipo de cambio".
El presidente del Central indicó que "lo último que le recomendaría a un presidente recién electo es jugar su credibilidad en algo que no puede pronosticar".
Por la tarde, cuando las duras declaraciones se habían expandido como reguero de pólvora y retumbaban en los pasillos del gobierno, Prat Gay salió a poner paños fríos sobre sus palabras. La entidad que preside emitió el comunicado en el que aclaró que "se refirió a la imposibilidad de predecir cuál será en el futuro el tipo de cambio de equilibrio en un determinado país".
El funcionario también había subrayado que "si uno se guía por los comentarios que salen en los diarios y por los intercambios que uno tiene directamente con los distintos actores pareciera ser que al Ministerio de Economía le interesaría más alguna pauta del tipo de cambio".
Pero Prat Gay puso énfasis sobre las facultades de la autoridad monetaria y aclaró: "El Banco Central es quien tiene efectivamente la potestad de legislar en todo lo referido al sistema financiero, y eso es lo que estamos haciendo desde que asumimos nuestra gestión".
El titular del Central salió así ayer al cruce de la determinación del gobierno, y en particular por Lavagna, de avanzar en el control del redimensionamiento de los bancos por medio del armado de una Unidad de Reestructuración del Sistema Financiero (Uesf) sobre las intenciones del BCRA.
Sin embargo, el funcionario consideró que hoy en la Argentina "hay tres actores definiendo la política económica, uno quisiera que fueran dos pero lamentablemente por los errores del pasado son tres: el Ministerio de Economía, el Central y el FMI".
Prat Gay señaló que "el Fondo Monetario Internacional, que todavía se rige por recetas que tienen casi 60 años, insiste mucho en anclar la política monetaria alrededor de una meta de expansión, entonces a partir de esa meta el Banco Central no tiene más margen porque el FMI determinó lo que hay que hacer y lo que no. Las discusiones con el Fondo son eternas pero muchas veces muy técnicas. La discusión que tenemos en estos momentos es que las recetas de hace 60 años, ya no sirven".
La aclaración
Después, en horas de la tarde, Prat Gay buscó conjurar la posibilidad de reflotar los cortocircuitos con el Ministerio de Economía. "Ustedes habrán visto como, en lo que va de mayo, hemos aumentado bastante el ritmo de expansión monetaria. Hemos salido a comprar algunos dólares más que lo veníamos comprando antes", apuntó, e insistió: "De vuelta, no porque queremos que el tipo de cambio esté en un nivel sino porque queremos que la inflación esté dentro de un nivel".
"En un tono coloquial, destacó la experiencia adquirida durante su experiencia en el mercado internacional de monedas y destacó al respecto su convicción acerca de la inviabilidad de usar la política monetaria para influir sobre el tipo de cambio", señala el comunicado.
"Con sus palabras, que no deben ser sacadas del contexto amistoso en el que se pronunciaron, el presidente del Banco Central no intentó abrir un debate ni adoptar una posición de confrontación con otros puntos de vista, sino que se limitó a exponer sobre la política monetaria que lleva a cabo su gestión", finaliza la declaración.
En mayo habrá deflación
Anticipó que "la semana que viene, cuando el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) publique los números de inflación de mayo, por primera vez desde que salió de la convertibilidad, vamos a tener un nivel de deflación. Mayo va a mostrar una caída en el nivel general de precios. Esto podría a priori, lucir como una buena noticia después de semejante cimbronazo, los precios no solamente no crecen sino que decrecen".
Prat Gay concluyó que "desde el punto de vista de la política monetaria, un índice negativo de inflación es mala noticia, así como un índice muy alto de inflación es mala noticia también. De ahí viene toda nuestra idea de orientar la política monetaria en torno de metas de inflación".