El plantel de River, tras sufrir en Cali una goleada y la eliminación de la Copa, regresó en la mañana de ayer a la Argentina para comenzar casi de inmediato su preparación para el superclásico ante Boca del próximo domingo, vital en la pelea por el título del Clausura. Sólo unos pocos allegados recibieron a los futbolistas, que exhibían muestras de cansancio por el viaje y, sobre todo, la frustración por la goleada 4-1 sufrida ante el América de Cali, uno de los equipos de mayor tradición en la Copa Libertadores. Unicamente el entrenador Manuel Pellegrini accedió a un brevísimo contacto con los periodistas presentes al sostener que "lucharemos por el campeonato", en el que su equipo escolta a un punto de distancia a los líderes Boca y Vélez. "El equipo estaba pasando un gran momento y preparado para llegar a instancias superiores en la Copa, pero se cometieron errores y nos costaron tres goles en pocos minutos", lamentó Pellegrini. El técnico, al ser preguntado sobre cómo se sale de este difícil momento, respondió "como siempre, con trabajo, con confianza", a la vez que atribuyó a "las artimañas para ganar" los incidentes de los últimos minutos, iniciados por el técnico local Fernando Castro y el mediocampista Claudio Husaín. (DyN)
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