Año CXXXVI
 Nº 49.856
Rosario,
jueves  29 de
mayo de 2003
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Un nuevo caso de corrupción en el que está involucrado personal del hospital
Roban gasoil del Provincial y se lo venden a taxistas y remiseros
Sacaban el combustible del tanque y lo reemplazaban por agua. Pusieron en riesgo la vida de pacientes

Isolda Baraldi / La Capital

Un nuevo caso de corrupción explotó en el Hospital Provincial de Rosario. Ahora, se detectó que empleados del nosocomio vendían gasoil a los taxistas y remises truchos que tienen parada sobre calle Alem 1400, frente a la entidad. El delito puso en riesgo la vida de los pacientes, ya que el combustible se utiliza cuando no hay energía eléctrica para poner en marcha el generador propio que permite funcionar a los aparatos. Así, el anteúltimo domingo se pararon los motores de los respiradores de la sala de neonatología a raíz de la adulteración del combustible con agua. Felizmente, y casi por milagro, ninguno de los bebés asistidos sufrió consecuencias.
"Se trata de un delincuente, no hay otra manera de llamarlo", bramó ayer el ministro de Salud provincial, Fernando Bondesío, quien admitió que hay dos denuncias penales presentadas a la Justicia y al menos siete sumarios que afectan a los empleados del área.
En tanto, el director del hospital, Patricio Campbell, se llamó a silencio. "Está todo bajo el secreto de sumario, esperemos que la Justicia encuentre a los responsables", bregó el funcionario.
Según confiaron fuentes inobjetables a La Capital, la denuncia entró al hospital por la puerta principal: dos remiseros truchos dijeron a viva voz que empleados del hospital les vendían gasoil, obviamente también en forma trucha. Aparentemente la lista de clientes se extendía también a varios taxistas que tienen la parada frente al nosocomio.
La maniobra consistía en vender el combustible almacenado en el tanque de 200 litros y reemplazarlo por agua, ya que en cada cambio de turno de los empleados se debe medir la cantidad y dejar anotado el volumen en existencia.
Cuando las autoridades hospitalarias se hicieron eco del rumor de la calle comprobaron en dos oportunidades, a principios de mes y el anteúltimo domingo, que había agua en el tanque de combustible, a raíz de que varios aparatos dejaron de funcionar.
Inmediatamente se realizaron las denuncias penales, mientras continúan los sumarios y ya se separó a uno de los empleados del cargo, aunque el resto continúa trabajando en el mismo sector.
En rigor, no se sabe cuánto tiempo hace que se viene realizando esta estafa ya que es probable que en ocasiones anteriores no hubiera evidencias como los desperfectos técnicos comprobados en las últimas semanas. "Es un atentado a la vida", afirman que se le escuchó decir a Campbell por los pasillos del hospital, dando gracias al cielo.
El robo y el sabotaje dentro del Provincial tienen larga trayectoria, y en más de una ocasión se atentó contra la vida de pacientes (ver aparte). Voceros del hospital señalaron además la complicidad de la Asociación del Personal Civil de la Nación (UPCN), que no sólo nunca acompañó las denuncias de los ilícitos sino que incluso ha apañado a los empleados corruptos.
Así las cosas, no fueron pocos los llamados intimidatorios que sufrió por estos días el propio director del Provincial para que "no destape la olla". El dato no es menor, ya que el profesional tiene una familia numerosa y ha pensado en más de una oportunidad en alejarse del cargo.
Es fácil escuchar murmurar a unos y otros por los pasillos del nosocomio que el centenario edificio es en realidad "una cueva de ladrones". El comentario no apunta sólo a los empleados, sino también a algunos profesionales que se olvidaron de los códigos de ética más elementales.
"Son conductas que demuestran las miserias humanas, por un lado se ve toda la solidaridad que médicos y otros profesionales mostraron con los inundados, y por otro lado estos delincuentes que dan un toque de miseria", se indignó ayer Bondesío.



Taxis y remises aprovecharon la "ganga" del gasoil robado. (Foto: Celina Mutti Lovera)
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