Después del incidente que protagonizó con los árbitros, el médico Matías Roby fue conducido a la comisaría 11ª del departamento de Luján donde quedó demorado hasta un par de horas antes de la medianoche. Es que primero los jueces debían hacer la denuncia para luego realizar el descargo. Antes de retirarse del lugar, el facultativo habló con los medios y al contrario de lo que se podía pensar sentenció: "No estoy arrepentido de lo que hice". El paso de las horas tal vez lo podía hacer reflexionar, pero nada de eso ocurrió y el facultativo, responsable principal de todo lo acontecido en la cancha de Luján de Cuyo, confesó que "estoy molesto porque era una tarde linda y la gente había respondido". El asistente número uno, Luis Alfonso, tenía un corte en la cara producto de un golpe de Roby. "Yo nunca agredí al línea y hay un oficial que me custodió en el recorrido de todo el túnel. Este oficial es un testigo de que yo en ese momento nunca agredí a nadie". Pero el médico sí reconoció de la agresión al cuarto árbitro, Enrique Domench, al confesar que no estaba arrepentido y justificó su reacción diciendo que lo hizo porque "sentí un golpe en la zona lumbar". "Voy a verificar cuáles son las denuncias que se efectuaron en mi contra y luego definiré lo que haré", finalizó diciendo el facultativo mientras se retiraba de recinto policial. Después de casi tres horas y media, entre declaraciones, acusaciones y la lectura de las mismas, el árbitro Gustavo Müller se acercó a la prensa para explicar brevemente la suspensión del encuentro: "Tomé esa determinación porque dos de mis compañeros fueron agredidos y en esas condiciones no se puede jugar a la pelota. Ahora elevaremos el informe al Consejo Federal." En tanto, el juez asistente principal, Luis Alfonso, fue revisado en el hospital de Luján por el golpe que recibió en su rostro. En la comisaría lujanina no hubo contacto de ningún tipo entre Roby y los árbitros. El médico hizo su descargo luego de que los colegiados asentaran la denuncia.
| |