Nueva York. - Fue una guerra contra la que salieron millones de personas a las calles de gran cantidad de capitales, a la que el Consejo de Seguridad le negó su aprobación y que fue caracterizada por lo tanto como ilegal por el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Ocho semanas después del inicio de las actividades bélicas en Irak fueron avalados ampliamente sus resultados por el Consejo, por primera vez en la historia de la ONU. La resolución 1483 es una victoria adicional de EEUU y Gran Bretaña en el frente diplomático. Los países que se opusieron a la guerra se inclinaron ante el poder de los hechos consumados mediante la fuerza de las armas. Queda por ver cuáles serán las consecuencias para el desarrollo del derecho de gentes y las relaciones internacionales. Cierto es sin embargo que el rango ocupado por la ONU no debe de haber mejorado mucho en este contexto. El margen de atribuciones que se reserva a las potencias victoriosas sobre el desarrollo político y económico de Irak va mucho más allá de todos los acuerdos internacionales comparables, constató The New York Times. Los analistas no se dejan engañar por las cerca de 90 modificaciones del borrador original aceptadas por Washington. La mayoría de las mismas tienen apenas un valor marginal. Al menos se reforzó verbalmente el rol de la ONU, a instancias de Francia, Rusia y Alemania. Annan no sólo podrá nombrar ahora un coordinador, sino un representante especial para Irak. Este enviado de la ONU no estará sin embargo equiparado a las autoridades de ocupación, como habían solicitado expresamente los países que en su momento criticaron la guerra. La mayor concesión aceptada por Washington y Londres ha sido que el Consejo pueda revisar la situación en Irak en el plazo de un año. De todos modos es sabido por todos que tanto EEUU como Gran Bretaña podrían bloquear aun entonces todo recorte de sus atribuciones mediante su poder de veto en el seno del Consejo. El eje de países contrarios a la guerra había solicitado una limitación temporal a un año de los derechos de ocupación en Irak. Transcurrido este lapso el Consejo debía decidir sobre el desarrollo futuro, según esta postura. Y en ese caso habría estado del lado de rusos y franceses el privilegio de poder frenar iniciativas contrarias a sus deseos mediante el veto. El embajador británico ante la ONU, sir Jeremy Greenstock, declaró que hasta el fin de la ocupación, una vez formado un gobierno reconocido internacionalmente en Irak, "podrían transcurrir tres meses, o seis o también 18 ó 24". En Berlín, donde se quiere evitar toda nueva confrontación con Washington, se había recibido con alivio la disposición de EEUU para presentar un proyecto de resolución ante el Consejo. Pero los estadounidenses tenían sus propias motivaciones. "En el Pentágono estaba claro que no se podía comercializar el petróleo iraquí en el mercado mundial sin la venia de la ONU", explicó un diplomático occidental. Se le otorgó a las potencias victoriosas el derecho a disponer de los recursos iraquíes. "Si el Pentágono decidiera que el dinero vaya a manos de (los consorcios estadounidenses) Halliburton y Bechtel, están ahora en su derecho", constató en un análisis el instituto liberal de izquierdas Foreign Policy in Focus (FPIF). Las fuerzas de ocupación pueden influir además sobre la formación de la futura conducción política iraquí, agrega. Observadores veteranos de las negociaciones en el Palacio de Cristal se han quitado el sombrero ante la sutileza táctica con que los estadounidenses impusieron sus objetivos en el Consejo de Seguridad. "Vincular todo con las sanciones fue genial", reconoció un embajador de un país que se opuso a la guerra. "Si hubiésemos bloqueado la resolución y con ello el levantamiento de las sanciones, los estadounidenses habrían expuesto ante el mundo las imágenes de niños hambrientos". Rusos y franceses pudieron consolarse al menos con una medida adicional: el programa Petróleo por Alimentos, que dispone de unos 10.000 millones de dólares, continuará vigente por seis meses más. Unos 1.500 millones de dólares serán entregados a Rusia en pago por suministros ya acordados y también recibirán su dinero las empresas francesas con contratos iraquíes. (DPA)
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