Año CXXXVI
 Nº 49.850
Rosario,
viernes  23 de
mayo de 2003
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La milonga y la música clásica en la síntesis del ballet Tangokinesis
"Operatango" se presenta en el teatro El Círculo
La coreógrafa y bailarina Ana María Stekelman explicó la génesis de la fusión entre géneros dispares

El ballet Tangokinesis, bajo la dirección de Ana María Stekelman, presenta hoy una única función de su obra "Operatango", a las 21.30, en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. El programa está integrado por una fusión de arias y canciones de Haendel y Bach y tangos clásicos. El espectáculo también contará con la ejecución de música en vivo que interactúa con la banda de sonido.
Stekelman dijo a Escenario que el trabajo se posiciona como parte de la investigación que realiza el grupo, consistente en "colocar al tango como música en un lugar distinto, pero sin perder sus raíces, al tiempo que fusiona la danza contemporánea con los pasos del género".
Stekelman se interesó por el tango a los 18 años, cuando lo vio actuar en Nueva York a Juan Carlos Copes. La obra "Jazmines", en 1984, fue su primer espectáculo vinculado al tango, y en 1992 se lanzó de lleno a la fusión del tango con la música clásica con la formación del grupo Tangokinesis.
"Siempre estuve ligada al tango -explicó-. Hay obras mías anteriores a «Tango Argentino» que tienen tango, como «Tango y Ragtime», del 77, cuando no había ningún movimiento sobre la música ciudadana. Siempre tuve una atracción maléfica por el tango. Tiene un mito de embrujo y nocturnidad".
La coreógrafa explicó los puntos de confluencia entre la música clásica y el tango: "Hay cosas muy interesantes, como que el bandoneón es como un órgano. El que estudia bandoneón digita con la obra de Bach, por ejemplo, lo que sugiere que la música clásica está dentro del tango".
Según Stekelman no es del todo adecuado hacer una diferenciación entre un tango ortodoxo y otro renovador, un lugar que se asocia tradicionalmente con Astor Piazzolla: "Pienso que el tango es un corpus que incluye un montón de cosas, como la poesía y la música con su evolución. Es un corpus cultural de una ciudad que es Buenos Aires y no se puede decir esto es tango y aquello otro no. Será tango más antiguo o más moderno, de salón o no, pero todo lo es".
Sobre Piazzolla explicó que además le dio al género la posibilidad de representar a Argentina en el exterior. Entre las razones para que eso ocurra está el hecho de que el tango volvió a unir los cuerpos en la danza: "Después del rock y de todas las danzas sueltas que vienen desde 1920 hacia acá, que separan la pareja, se vuelven a unir recién con el tango. Eso es muy atractivo: el tango como flirteo, como mezcla de lo femenino y lo masculino".
Stekelman relativizó el hecho de que en el tango el hombre y la mujer ejerzan roles arquetípicos de dominante y sometido: "Es una persona que conduce a otra, que la guía, suavemente, y el rol femenino es el rol de seguir los pasos. Además el hombre siempre deja un lugar donde la mujer improvisa. En ese sentido añadió: "Lo que pasa es que los clichés son bárbaros porque es más fácil entenderlo como un cliché. Esa es una de las razones por las cuales el tango está en el mundo, no por el sometido y el dominante, sino porque después de tanto unisex el mercado se saturó de personajes ambiguos, y en el tango recupera el sentido de lo masculino y lo femenino, pero no tiene que ver con dominador y dominado".



La compañía recoge la tradición milonguera.
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