Año CXXXVI
 Nº 49.842
Rosario,
jueves  15 de
mayo de 2003
Min 19º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Los pasacalles políticos terminaron en las huertas

Los vecinos de barrio Tablada (Avellaneda y Uruguay) les encontraron una nueva utilidad a las campañas políticas. Ahora los pasacalles con las candidaturas a presidente sirven para cubrir flores, plantines y hortalizas de dos huertas comunitarias de la zona, y de esta forma salvarlas de las heladas. "Al menos sirven para algo", bromeó una mujer que trabaja en el lugar. A su lado, José Benítez mostró con orgullo la tierra cultivada y aseguró: "Nos dan igual Menem, López Murphy, Kirchner, Bravo o Giustiniani, mientras salvemos la mercadería está todo bien". La Dirección de Control Urbano de la Municipalidad ya retiró 300 pasacalles de la vía pública y los puso a disposición de varios centros comunitarios.
Pasado el fervor eleccionario, la ciudad busca recobrar su fisonomía y por eso los empleados de Control Urbano van a lavarle la cara. Dentro de un operativo especial que largó después del 27 de abril, ya se removieron de las calles unos 300 pasacalles, pero hay identificados otros 100 para ser descolgados en los próximos días.
"Lo que se retiró estaba colgado en el sistema de alumbrado público y una vez que se depositó en la repartición se ofreció a los centros comunitarios o entidades para diversos fines", apuntó el titular de Control Urbano, Ubaldo Modarelli.
Así es como Benítez aceptó la propuesta y se llevó unos 27 pasacalles para barrio La Tablada. Y la nueva función de las consignas pintadas sobre los paños de arpillera plástica ya es más que evidente.
Apenas se llega a Uruguay y Valparaíso, asoma la huerta comunitaria Maravilla II. Sobre uno de los improvisados quinchos de paja ya se ven los primeros pasacalles en los techos y paredes. "Nos vienen bárbaro para frenar el efecto de las heladas ahora en invierno", resaltó Benítez. El grupo comunitario Pagno administra este predio y otro sobre Uruguay (Maravilla I), donde se repitió la misma experiencia.
El trabajo de 37 hombres y mujeres que reciben un plan social logra allí una buena producción semanal en verduras y hortalizas que son vendidas todos los sábados en la feria de Corrientes y Wheelwright.
Entre flores, acelgas, perejil, albahaca, cebolla y berenjenas, ahora pueden leerse algunas consignas del pasado político más reciente. Hasta ayer, Benítez había conseguido 27 pasacalles para las dos huertas y resta conseguir otros 14.
Pero hay más. La Dirección de Control Urbano tiene fichados a otros 100 pasacalles que aún resta retirar de la vía pública y que, según adelantan, tendrán el mismo fin social. La idea es ampliar la convocatoria a otros centros comunitarios que tengan a su cargo huertas comunitarias.
"Quién hubiera pensado... Ahora los políticos nos cuidan la producción de las heladas, al menos sirven para eso", señaló con ironía un jefe de hogar que trabaja en la huerta de La Tablada.


Notas relacionadas
Lanzan una campaña para limpiar las calles de propaganda electoral
Diario La Capital todos los derechos reservados