Lo del NYT no es el primer caso en que una gran empresa mediática publica historias inventadas. The Washington Post devolvió un premio Pulitzer en 1981, concedido por una historia sobre un adicto a la heroína de ocho años inventada por la periodista Janet Cooke. En otro caso, Foster Winans, del Wall Street Journal, fue acusado de vender información de su columna por adelantado. The New Republic publicó 27 artículos inventados por Stephen Glass, y The Boston Globe, numerosas columnas falsas de Patricia Smith. Incluso esta semana, dos reporteros del Salt Lake Tribune admitieron que vendieron información falsa al tabloide The National Enquirer por 10.000 dólares. Incidentes como éstos permanecen en la memoria pública por largo tiempo, imponiéndose a la vasta mayoría de historias periodísticas basadas en sólidas investigaciones.
| |