Un clima de generalizada alegría se vivía ayer en la feria de la alimentación. Funcionarios públicos de esos que no suelen aparecer cuando las cosas se ponen bravas buscaban cámara, en medio de un clima de satisfacción por el deber cumplido. Trascendió que algunas empresas lograron hacer negocios en la misma muestra, y aquellos que no llegaron a hacerlo se fueron satisfechos con una agenda que les permitirá empezar a trabajar con nuevos contactos. Ese espíritu de celebración seguramente se reflejará durante la última jornada de la expo. Uno de los expositores prometió "hacer mucho ruido", con invitados especiales que llegarán a eso de las cinco de la tarde. Algunos hablaban de mariachis, otros de batucada.
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