Año CXXXVI
 Nº 49.831
Rosario,
domingo  04 de
mayo de 2003
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Desazón de la familia de Franco Egidi, acuchillado detrás del Parque del Mercado
No irá a prisión un chico que asesinó a otro de una puñalada
Para el juez el agresor, que era menor, se recuperó y la pena no sería útil. Los padres de la víctima lo cuestionan

Jorge Salum y Eduardo Caniglia / La Capital

"Estamos desgarrados". Adriana Romero y Elio Egidi hace años que se separaron y reconstruyeron sus vidas junto a nuevos compañeros, pero todavía hay algo que los une de una manera conmovedora: el dolor por la muerte de su hijo Franco, de 19 años, y la decisión de la Justicia de no condenar al chico que lo mató por considerarlo "innecesario". Aunque al conocer el fallo sintieron que el mundo se les venía abajo, aún están dispuestos a dar pelea. Ya pidieron una revisión del veredicto y todavía conservan la esperanza de conseguir una sanción para el asesino, que para ellos sería "el único y verdadero" acto de justicia.
A Franco Egidi lo mataron de una puñalada el 19 de noviembre de 2000. Aquel día un jefe policial le dijo a La Capital: "Tanto la víctima como su atacante son pibes bien, hijos de familias trabajadoras". Contó también que los dos se habían cruzado un par de veces y que los grupos de uno y otro estaban enemistados, aunque los padres de Franco no lo dan por cierto. Aquel día hubo una persecución en auto que acabó detrás del Parque del Mercado, en avenida del Rosario y Cepeda, con una pelea a trompadas. Hasta que un adolescente esgrimió un cuchillo.
El autor del crimen siempre estuvo identificado: en aquel momento tenía 17 años y hoy bordea los 20. El juez de Menores Jorge Zaldarriaga hace tiempo que lo consideró "autor responsable de homicidio", pero faltaba que decidiera si correspondía aplicarle una sanción penal y en caso de que así fuera, definirla.
Pero eso no ocurrió porque tanto sus asesores como el propio juez consideran que el autor material del crimen demostró "una gran recuperación" durante estos años, en los que permaneció bajo un régimen especial de vigilancia, y que por lo tanto no es necesario condenarlo.
No se trata de una cuestión novedosa ni mucho menos. En los tribunales locales hay cantidad de antecedentes similares. Además, muchos especialistas sostienen que en ciertos casos sería peor enviar a un menor a prisión porque sería como depositarlos en una escuela del crimen.
Claro que a Romero y Egidi esto no los consuela. "Lo único que queremos es que el asesino de nuestro hijo pague lo que hizo", afirman. Llevan dos años y medio pidiendo lo mismo pero ahora saben que, al menos en esta instancia, el chico que ellos quieren ver entre rejas está libre.

El veredicto
Cuando conocieron la sentencia se derrumbaron. Fue el viernes a la mañana, en los Tribunales. Casi no podían hablar y les costó mucho reponerse. Cuando se rearmaron un poco expresaron su voluntad de forzar un nuevo veredicto. "Aunque nos cueste, vamos a seguir peleando", dijeron.
El fallo es contundente: según todas las evidencias, dice, el chico que mató a Franco está recuperado. El magistrado no llegó a esta conclusión sólo por los informes que le arrimaron los asesores al juzgado. El mismo, a través de varias entrevistas personales con el acusado, se hizo la impresión de que durante el lapso que pasó desde el homicidio hasta la sentencia evolucionó de tal manera que no es necesario enviarlo a cumplir una condena.
Tuvo en cuenta otro detalle: salvo aquel desgraciado episodio, cuando se cruzó con Franco y le dio una puñalada, el homicida no tiene otros antecedentes. "Todas las personas que lo tratan tienen ahora la impresión de que actúa con sobriedad y educación", escribió Zaldarriaga en el fallo.
Pero lo que para el juez es un argumento sólido, para los padres de la víctima es tan hiriente como la puñalada que segó la vida de su hijo. "Es un asesino y deben sancionarlo", repitieron el viernes. Unos meses antes se habían negado a asistir a una audiencia donde debían encontrarse con el homicida para consensuar una hipotética sanción, tal como prevé el Código de Procedimientos Penales de la provincia. "Sería un espanto y además no sabríamos cómo reaccionaríamos", dijeron a este diario en aquel momento.
El caso todavía no está cerrado. Es que la fiscal María Eugenia Iribarren había pedido una condena y ahora, según le dijo a los padres de la víctima, apelará el fallo. La apelación forzará la revisión de la sentencia y hay dos posibilidades: que la ausencia de una condena sea ratificada o que, por el contrario, finalmente se establezca una pena para el culpable. Para Romero y Egidi sólo la segunda alternativa sería justa, aunque ni eso les devolvería lo que más quieren: la vida del chico que perdieron para siempre y cuyo recuerdo los mantiene unidos a pesar de estar separados.



"Aunque cueste seguiremos peleando", dicen los padres.
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