Mauricio Tallone / La Capital
Si bien Martín Cardetti ya no se siente rehén de la ansiedad, su tono de voz todavía admite el registro de una confesión. Su conflictivo alejamiento de River a raíz de un problema contractual con la dirigencia millonaria- jugó dos años por el 20 por ciento y al final quedó libre- convoca a la catarsis que maceró su alma durante esos seis meses de proscripción.
Será por eso que la sospecha de culpabilidad hacia Ramón Díaz todavía no reconoce el ejercicio del olvido. Será por eso que el encadenamiento de aquellas situaciones lo empuja al abismo antipático de la indolencia. Será por eso que la charla con Ovacion empieza a mirarse en el espejo del pasado inmediato para luego escabullirse hacia este presente que lo tiene ligado como delantero del París Saint Germain.
-¿Está bien decir que en Francia encontraste el lugar que habías perdido en tu último paso por River?
-Si lo analizamos desde el punto de vista futbolístico, sí. Porque en los últimos tiempos en River no jugaba y en Francia me encontré con un país hermoso y con un club bárbaro en cuento a organización.
-Además lo necesitabas luego de haberte ido tan mal de River.
-Mirá, si yo no hubiera tenido ese problema contractual no me hubiese ido del club. Hay pocas instituciones en el mundo que te brinden las comodidades de River. Pero las cosas se dieron de esa manera y no me quedó otra opción que aceptar la realidad. Igualmente siempre le voy a estar agradecido al fútbol por haberme dejado vestir esa camiseta.
-¿Este agradecimiento también incluye a la dirigencia y a Ramón Díaz?
-(se ríe). Hace unos días pasé por el club a visitar a los muchachos y me saludé sin problemas con José María Aguilar (el presidente millonario). Si me tuve que ir por la puerta de atrás del club fue precisamente porque alguien no quiso hacer las cosas bien.
-Me parece que ese palo es para Ramón Díaz.
-Estoy convencido de que Ramón Díaz tuvo que ver con mi separación. No hizo nada para evitar que me colgaran cuando en el plantel había otros jugadores en la misma condición contractual que yo y jugaban igual. Era evidente que el problema del técnico era conmigo.
-¿Creés que le recomendó a la dirigencia que te separaran del grupo?
-Y... eso es lo que pienso pero no puedo asegurarlo porque no tengo pruebas. Estoy seguro de que si Ramón hubiera hecho algo, tal vez hoy podría estar jugando en River.
-¿Por qué tuviste una relación tan conflictiva con él durante las dos etapas que convivieron en River?
-No sé, eso tendrían que preguntárselo a él. Yo tuve un montón de técnicos en mi carrera y con el único que mantuve una relación tirante fue con Ramón Díaz. Si repasás la lista de jugadores con la que se llevó mal te vas a dar cuenta quién de los dos era el conflictivo. Creo que esa es la mejor respuesta para tu pregunta.
-Cuando en Francia empezaste a meter goles, ¿te acordaste de Ramón?
-No, ya ni me acuerdo de él. Además cuando me pasa algo lindo siempre me acuerdo de las personas que quiero.
-¿Es verdad que no quisiste arribar a un acuerdo con la dirigencia de River porque te convenía la libertad de acción así te quedabas con todo el dinero de una posible transferencia?
-Eso es mentira. Fue una estupidez que se dijo en su momento para buscarle un justificativo a la situación y hacerme quedar como el malo de la película. Acá la única verdad es que pasé seis meses durísimos de mi carrera sin poder jugar y para un futbolista no estar adentro de la cancha es el peor castigo que puede tener.
-Cuesta creer que no hayan llegado a un acuerdo y que River haya dejado libre al por entonces goleador del torneo.
-Sí, es complicado entenderlo, pero el club adoptó una decisión y yo tomé otra amparado en el convenio que rige para los futbolistas.
-¿Le guardás rencor a alguien por lo que viviste?
-No, ya no. Hoy estoy muy bien en Francia y mi alejamiento de River es un simple recuerdo. Por suerte pude ir a un club considerado uno de los grandes de Europa.
-¿Se inventaron muchas cosas en esos meses en los que estuviste parado?
-Se dijeron muchas pavadas en el primer mes que estuve colgado. Al principio me dieron bola y después se olvidaron de mí. Recién me volvieron a registrar cuando se dio el pase al París Saint Germain.
-¿Alguna vez se te cruzó la idea de que no ibas a conseguir club?
-Sabía que la apuesta era muy brava. Sobre todo porque en el fútbol argentino no jugás por un par de meses y desaparecés del mapa. Nadie se acuerda de los goles que hiciste, pasás de ser la figurita del campeonato a ser un anónimo.
-¿Cómo fue eso de ser el goleador del torneo y a la vez entrenar con los pibes de la cuarta de River?
-Fue muy duro por el momento que atravesaba. Pero hacer la pretemporada junto a esos chicos fue una de las mejores cosas que me pasaron en mi carrera. Me trataron tan bien que los seis meses en los que estuve colgado se me pasaron rapidísimos.
-Ahora que tu alejamiento de River es historia, ¿por qué es tan común que los clubes del fútbol argentino cuelguen a sus jugadores si no arreglan sus contratos?
-Porque los clubes del fútbol argentino tienen la costumbre de dejar todo hasta último momento. Además en nuestro país estamos muy mal organizados en la cuestión contractual. Por ejemplo en Europa cuando terminás tu contrato quedás libre automáticamente, no jugás por el veinte por ciento como se hace acá. Creo que los dirigentes de River especularon con eso porque yo al principio no venía siendo titular. Pero después empecé a jugar, a meter goles, salí goleador del campeonato y estaba a seis meses de quedar libre. Se acordaron a último momento de hacerme contrato y cuando nos sentamos a hablar no nos pusimos de acuerdo.
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La Ciudad
