El Papa recibió ayer en una audiencia privada al presidente del gobierno español, José María Aznar, y a su esposa, Ana Botella, con quienes habló sobre la institución familiar. A la entrevista, realizada durante 45 minutos en la Nunciatura Apostólica, asistieron también los hijos de los Aznar, Ana y Alonso, y otros familiares como la madre del presidente del gobierno, sus suegros, varios hermanos, cuñados y sobrinos. El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, dijo que el encuentro fue muy cordial y que "se habló de muchas cosas. Ha sido el encuentro del Papa con una familia católica española y eso resume todo", declaró al precisar que la conversación giro en torno de la familia.
El vocero aseguró que no se abordaron cuestiones políticas como la guerra de Irak, que fue el problema que llevó a José María Aznar el 27 de febrero pasado al Vaticano para explicarle al Papa el apoyo de su gobierno al presidente de Estados Unidos George W. Bush en el conflicto.
El portavoz del Vaticano dijo que el Papa presentaba durante el encuentro un buen aspecto físico, que bromeó con la familia Aznar e hizo alguna referencia a la modernización de España desde su última visita, en 1993.
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La Ciudad
