Año CXXXVI
 Nº 49.829
Rosario,
viernes  02 de
mayo de 2003
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Catástrofe. Desde todo el país se envía ayuda
Evacuados con temor a saqueos
El agua comenzó a bajar un poco pero miles de personas siguen evacuadas. Son doce los muertos

Cientos de personas se negaban anoche a abandonar los techos de sus viviendas en la ciudad de Santa Fe por miedo a los saqueos. Otros, buscaban a los familiares perdidos. El número de evacuados variaba anoche entre 28 mil, 60 mil y 100 mil según los datos de los gobiernos nacional, provincial y extraoficiales. Ante insistentes rumores de que la gente podría armarse en defensa de sus propiedades y pertenencias en las zonas anegadas, el gobernador santafesino Carlos Reutemann resolvió juntamente con el gobierno nacional de Eduardo Duhalde constituir un comité de crisis en el marco de la ley de seguridad interior mediante el cual quedaron al mando del jefe del estado provincial las fuerzas de seguridad y policiales nacionales que desde anoche patrullan las calles de la ciudad de Santa Fe. La policía prohibió la circulación nocturna de botes privados por estrictas razones de seguridad y para poder brindar la prevención adecuada.
Mientras en la jornada de ayer el río Salado comenzó a retroceder lentamente luego de las voladuras en sectores de la avenida de circunvalación Mar Argentino y en el terraplén Yrigoyen, ubicado en el extremo oeste de la ciudad, y el número de víctimas fatales ascendía anoche a doce personas (diez mayores y dos menores de edad) según las cifras oficiales, los gobiernos nacional y provincial firmaron un acta poniendo en práctica el artículo 23 inciso c) de la ley de Seguridad Interior que establece "el empleo de las fuerzas de seguridad y policiales nacionales fuera del ámbito de la jurisdicción federal en situación de desastre según los términos de la defensa civil".
La decisión se adoptó luego de que el gobernador Reutemann mantuviera a lo largo del día varias conversaciones telefónicas con el presidente Eduardo Duhalde y a última hora de la tarde sobrevolara las zonas inundadas en compañía del ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Juan José Alvarez.
Pese a la bajante, las masas de agua que invaden casi la mitad del casco urbano de la ciudad de Santa Fe sigue cobrándose el alto precio de miles de santafesinos que se han quedado despojados de todo, mientras muchos de sus habitantes permanecen en verdadero estado de shock, cientos se mantienen viviendo precariamente en los techos de sus viviendas cuidando sus pertenencias y se teme por la presencia de saqueadores.
Según la estimación que formuló anoche el ministro de Gobierno santafesino "lo peor ya pasó". "Se advierte una bajante del Salado río arriba, por lo tanto creemos que la acumulación masiva de agua del Salado ya pasó, además se ha drenado la salida de agua al Paraná con lo cual las tomamos en cuenta la velocidad con la que se evacuaran las aguas podemos estimar que la peor situación estaría pasando".
La jornada de ayer se presentó soleada y eso llevó tranquilidad a una población sobresaltada por la situación vivida desde el lunes pasado, cuando el río rompió defensas y avanzó con increíble fuerza sobre distintos barrios de la ciudad. No obstante, las dificultades existentes son notorias y generan muchos problemas, tales como los cortes de calles, avenidas y en los accesos a la capital provincial, la interrupción de los servicios de energía eléctrica y de teléfonos, la falta de coordinación en la asistencia a los miles de refugiados en los centros de atención a evacuados, más los reclamos angustiosos de quienes no logran ubicar a sus familiares, conforman un panorama que desasosiega y a veces impide mantener alto el ánimo.
Las autoridades santafesinas concentran sus esfuerzos en el Comité de Emergencia Hídrica, que desarrolla sus actividades en la sede del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Torres gemelas
El gobernador sinceró la situación ante los legisladores cuando, con su rostro agotado, les pidió que lo acompañaran en esta emergencia inédita, que por su magnitud llegó a comparar con el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York (ver aparte) Reutemann fue quien resolvió que se abrieran brechas en la avenida Mar Argentino sin pedir la autorización correspondiente a la Nación, dado que de esa manera se alivió la situación en el sector sur de la ciudad, aledaño a la Casa de Gobierno, que había comenzado a inundarse. Las brechas se abrieron con máquinas retroexcavadoras que trabajaron entre la tarde del miércoles último y la mañana de la víspera. El agua de inmediato comenzó a escurrir hacia el este, notándose prácticamente de inmediato el descenso del nivel en el lago del Parque del Sur, que se encuentra aún desbordado.
En el puerto de Santa Fe se canaliza la recepción de mercaderías y elementos que se distribuyen en los 120 centros que se habilitaron para los evacuados, mientras que también se cumple una ingente tarea en Cáritas (ubicada al lado de la sede del Arzobispado), en parroquias, en otras confesiones (cristianas, judías), en entidades de bien público, asociaciones gremiales e instituciones de todo tipo que realizan diversas tareas para auxiliar a los miles de damnificados por el fenómeno hídrico.
Reutemann dijo en su mensaje a la Legislatura que quería que la Iglesia fuera "garante" de las donaciones, para evitar que hubiese una utilización política de esas entregas. No obstante, el representante de la Iglesia se dio tiempo para aclarar que ella "no es la responsable de la distribución de elementos, sino que esa tarea le corresponde al Estado cuya primera función es atender la cuestión social". Aclaró que no buscaba confrontar con el gobierno, aunque sí se sabe que hoy habría una reunión de Reutemann con monseñor Juan Carlos Arancedo para la delimitación de funciones y responsabilidades.
Cáritas da seguridades, es evidente. Ayer La Capital lo volvió a comprobar cuando arribaban a la sede de calle San Jerónimo una camioneta y un camión con alimentos de Emergencia Civil de Gálvez. El responsable de la entrega, un bombero voluntario, aclaró que esas donaciones se hacían a la entidad religiosa "por ser para nosotros la única confiable".
Los familiares de evacuados siguen concurriendo a la sede de la Universidad Nacional del Litoral y a la emisora universitaria LT10, donde se exhiben los listados de las personas que se encuentran ubicadas en los centros de refugiados. Hay temor por la posibilidad de que el número de personas fallecidas sea mayor a las doce confirmadas por las autoridades. Quizás se trate no más que de una leyenda, pero quienes llegan de las zonas inundadas a los centros de evacuados afirman haber visto "muchos" cadáveres llevados por la corriente.
Mientras el gobernador Carlos Reutemann informó que el número de evacuados ascendía anoche a 30 mil personas en 140 centros, la ciudad era patrullada anoche por 400 efectivos de Gendarmería, 200 de Prefectura Naval y 200 agentes de la policía provincial. Luego de reconocer que Santa Fe vive "una situación de crisis y emergencia" el ministro Carranza sostuvo que la situación era de "normalidad más allá de algunas situaciones delictivas menores".



Pese a la bajante, las aguas todavía cubren Santa Fe.
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