Hasta el cierre de esta edición suman doce los fallecidos a raíz de la catástrofe.
Las víctimas fatales que pudieron ser identificadas hasta el momento son Priscila Andino, de 18 meses, deceso ocurrido por hipotermia cuando se la trasladaba al hospital Cullen; Carlos Carpes, de 59 años, ubicado en las inmediaciones del Hospital Orlando Alassia; Angel Argentino Gramajo, de 92, ahogado en barrio Chalet; Julia Deolinda Peirano, de 72, fue encontrada en una vivienda en Roque Sáenz Peña al 2900, detrás del parque Garay; Amalia Oliva, de 63, cuyo cadáver se ubicó en el llamado rulo de Cilsa en cercanías del puente carretero a Santo Tomé; Dora Margarita Benítez, de 85, ubicada en Zavalía al 800, en barrio Centenario; María América Chamorro de Turín, de 80; Diego Galván, de 21 días, quien falleció de muerte súbita cuando estaba mamando; Leticia de Lula, de 68, a quien hallaron en San José al 1200 en barrio Alfonso; Roque Samutich, de 76, encontrado en Vera Mujica al 700 de barrio Centenario y dos personas no identificadas, una de ellas un hombre de 55 años.
Ante la ausencia de información oficial sobre víctimas mortales, se multiplicaron las versiones respecto del hallazgo de cadáveres dadas por los propios rescatistas.
Asistencia sanitaria
Ante una marcada ausencia oficial, en algunos lugares las tareas solidarias eran asumidas por otras entidades, como sindicatos, partidos políticos, familias y agrupaciones estudiantiles. A pesar de que voceros sanitarios indicaron que había una cantidad suficiente de comida y medicamentos para todos los evacuados, hubo diferencias en el suministro de ambas cosas. Mientras los medicamentos llegaban a cada uno de los enfermos, en tiempo y forma, las raciones alimenticias no tuvieron la misma eficacia.
Muchos vecinos, por sus propios medios, intentaron rescatar a muchas personas en barrios considerados peligrosos, y algunas de ellas, una vez a salvo, dijeron que hacía varios días que no comían.
La Subsecretaría de Seguridad de la provincia de Santa Fe convocó a enfermeros para que se acoplen a los equipos de vacunación que recorren los centros de evacuados para inocular contra la hepatitis, debido a que se registraron tres casos en niños desde que comenzó la inundación.
Doble ablación
Pese a los padecimientos que sufre Santa Fe, en el hospital José María Cullen pudo realizarse la doble ablación de un riñón y el hígado de un donante, un paciente joven que había ingresado con una herida de arma de fuego. Tanto la ablación como el traslado de los órganos resultaron muy dificultosos, ya que la delicada intervención quirúrgica debió hacerse contrarreloj porque se temía un posible corte de electricidad, mientras que el traslado resultó complicado porque una parte del trayecto con los órganos tuvo que hacerse en lancha, para poder luego entregarlos en el aeropuerto de Sauce Viejo. Los implantes, pese a esos contratiempos, pudieron efectuarse con normalidad, la primera de ellas en Rosario y la segunda en Buenos Aires.
Derivan a pacientes
Un total de veintidós pacientes psiquiátricos de Santa Fe fueron derivados a un centro especializado de Rosario, luego de permanecer durante varias horas en el hospital neuropsiquiátrico Antonio Roballos, de Paraná, informó el director de Atención Médica de Entre Ríos, Luis Beber.El funcionario dijo que los pacientes llegaron antenoche a la capital entrerriana y fueron trasladados a Rosario, donde quedarán alojados hasta que mejore la situación provocada por la inundación.