María Laura Cicerchia / La Capital
Devastada por la crisis económica, la familia de Ornella Murúa Macari, de 18 años, emigró a Estados Unidos buscando un mejor pasar. Pero un hecho desacostumbrado en el tranquilo condado californiano de Downey, donde residían, truncó su nuevo proyecto de vida y precipitó su decisión de regresar a la Argentina. La madrugada del viernes, la joven fue interceptada cuando volvía de trabajar en un local de comidas rápidas por alguien que la mató de un golpe en la cabeza y arrojó el cuerpo a la vera de una autopista, en lo que constituye el único asesinato ocurrido en la ciudad en los últimos 15 años. "Fuimos buscando un futuro y volvemos destruidos", se lamentó el padrastro de la chica. Con las sospechas puestas en el entorno de la chica, el FBI interviene en el caso desde el jueves pasado. Ese día Ornella fue a trabajar a la sucursal local de Burger King y a las 23.30 le avisó por teléfono a su mamá que no la pasara a buscar porque prefería volver caminando a su casa, ubicada a cuatro cuadras. "Dijo que quería ver la luna llena", se lamentó Gabriel Ramallo, de 39 años, pareja de la madre de la joven desde hace cuatro. La chica siempre regresaba acompañada por un amigo o uno de sus padres. La policía californiana sospecha que en ese tramo la joven fue abordada por un conocido que se ofreció a acercarla en auto. El conductor habría intentado violarla y, al no lograrlo, asesinó a la chica y se deshizo del cuerpo. "Estamos mal. Todavía no entendemos qué pasó pero esperamos poder digerirlo", se desahogó Gabriel al atender a La Capital por su teléfono móvil mientras esperaba que le entregaran el cuerpo para velarlo en Downey y luego inhumarlo en Villa Carlos Paz. "Cinco minutos después llamamos a su trabajo para ver qué pasaba. No contestó y salimos a buscarla. El cuerpo fue hallado a las 9 del viernes en la autopista 57, en el condado de Donage, "que es donde está Disneyland Adventure, o sea que es una zona muy vigilada y tranquila donde nunca pasa nada", afirmó. Gabriel afirmó que "el asesino dejó muchas evidencias" y que un testigo lo vio bajar el cuerpo de un auto. El hombre sospecha que Ornella fue atacada por algún compañero de trabajo o un vecino. "Ella era una chica muy desconfiada, no se acercaba a nadie que no conocía, no tenía novio. Sólo tres amigos íntimos argentinos. Por eso pensamos que alguien del entorno la ha engañado", reveló Gabriel, para quien Ornella era como una hija más y ocupaba el lugar de sus nenas de 8 y 4 años de un primer matrimonio, que viven en Córdoba. En la jornada de ayer, unos 60 oficiales de policía trabajaban para identificar y atrapar al asesino. "Lo van a agarrar y no va salir más", se ilusionó Gabriel. La familia viajó a Norteamérica hace un año y cuatro meses escapando de los problemas económicos que padecían en Villa Carlos Paz, donde Gabriel trabajaba en una academia de informática y vendía celulares para una firma que quebró. "Días antes de que cayera De la Rúa y se derrumbara la economía decidimos buscar un mejor futuro. Estábamos en la ruina total y mi hermano, que vivía acá, nos envió los pasajes", recordó. Les costó adaptarse, pero la compensación llegaba de la mano de una situación económica más aliviada. Gabriel empezó a trabajar en una empresa de informática y, seis meses atrás, Ornella consiguió un puesto en el Burger King. El día de su desaparición le pidieron que cumpliera el último turno. "Como ella vivía cerca dijo que no había problema". "Al principio extrañaba mucho, pero después se hizo de tres amigos argentinos. Entonces le empezó a gustar vivir acá porque podía ir a recitales de rock, algo que para ella era inaccesible en la Argentina. Pero siempre tenía la intención de volver. Ahora dos de sus amigos ya decidieron regresar. No van a soportar vivir acá sin ella", señaló. La misma decisión tomaron Gabriel y la madre de Ornella, quien "siente que nada tiene sentido y no encuentra razón para vivir". Pero antes de volver al país el matrimonio tiene una cuenta pendiente: "Nos vamos a quedar acá hasta que enjuicien y ejecuten al asesino". En el estado de California rige la pena máxima y es aplicable a un asesinato excepto si el imputado se confiesa culpable. En ese caso se aplica prisión perpetua sin libertad condicional. "Yo siempre fui contrario a la pena de muerte. Pero ahora nos pasó a nosotros y nos vamos a encargar de que a la pena de muerte la tenga igual. Y si eso no es posible, esperamos que los otros presos le hagan la vida imposible y se muera en la cárcel", expresó Gabriel.
|  Ornella trabajaba en un Burger King californiano. |  | Ampliar Foto |  |  |
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