Año CXXXVI
 Nº 49.818
Rosario,
domingo  20 de
abril de 2003
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A 7 días. Como en 1989, el riojano encabezó un acto en la Mandarina
Menem cerró en Rosario con una batería de promesas
El candidato aseguró que "no habrá segunda vuelta" y convirtió a Duhalde en el blanco de sus críticas

Javier Felcaro / La Capital

"El 27 de abril triunfaremos en la primera vuelta... como en la zamba". Con esa convicción, que no deja de repetir una y otra vez, y anuncios para Rosario y el resto de la provincia, el candidato presidencial del Frente por la Lealtad, Carlos Menem, encabezó ayer el acto de cierre de su campaña en Santa Fe, que se realizó en la zona sur de la ciudad.
A las 18.20, después de conseguir la ansiada foto con el gobernador Carlos Reutemann y almorzar con empresarios en el Patio de la Madera, Menem llegó junto a su compañero de fórmula, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, al escenario instalado frente al monumento a Eva Perón (ubicado en Diana y Lucero), a escasos metros del Sindicato de la Carne.
La puesta en escena buscó reflotar la mística de la clausura de la campaña en 1989, cuando una multitud se congregó en torno a la Mandarina emplazada en ese barrio frigorífico (el menemismo tiene allí una fuerte prédica), muy cercano a Villa Gobernador Gálvez, donde el riojano siempre jugó de local.
"Nuevamente estoy en Rosario, donde hace unos meses recorrí el puente a Victoria. El 27 de abril triunfaremos en la primera vuelta, como en la zamba, y volveré a inaugurar esta obra", disparó el ex presidente. En tanto, el Tula, enfundado en una remera de la Selección argentina, y su banda interpretaban el clásico "Matador". Aunque también sorprendieron con una inédita versión de "Cuando los santos vienen marchando", rebautizada "Cuando se ve a Carlos marchar".
Menem tomó nota de los requerimientos que horas antes le había acercado el Lole. Por eso anunció 500 millones de dólares para terminar -"apenas asumamos"- la autopista a Córdoba, una rebaja en las retenciones de las exportaciones que desembocará en su eliminación gradual, porque "priorizaremos el campo", y nuevas obras en la Hidrovía. Luego reiteró su proyecto de creación del Ministerio de Comercio Exterior.
Mientras el Tula, canalla hasta la médula, atajaba una camiseta de Newell's que uno de los asistentes arrojó hacia el palco (después Menem terminó autografiando otra remera leprosa), el riojano le apuntó al gobierno de Eduardo Duhalde, al que calificó de "desastroso" a raíz de "los 4 millones de argentinos que no pueden comer".
El ex mandatario prometió un "trabajazo" para recuperar "lo que la gente perdió con la devaluación y la pesificación" y, tras insistir en que mantendrá el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, aclaró que la obra pública será su eje de reactivación.
"En 3 años, o antes, habrá un índice de desempleo del 10 por ciento", estimó Menem, quien de inmediato afirmó que "tenemos nuevamente que empezar a sacar a la Argentina de este desastre al que la llevaron los inútiles desde diciembre de 1999".
"No se dejen apretar", volvió a alertar el candidato acerca de las supuestas coacciones duhaldistas a cambio de avales para su delfín, Néstor Kirchner. Y puso como ejemplo los casos de Reutemann y Romero: "Son presionados todos los días y siguen trabajando para sus respectivas provincias". Sin nombrarlo, también fustigó a Adolfo Rodríguez Saá, otro de sus rivales electorales.
Pero Menem tampoco se privó de un velado reproche a Duhalde cuando, al realzar la figura de Romero, aseguró: "Esta vez tengo la convicción de no haberme equivocado al elegir a un compañero de fórmula leal, capaz y sincero".
A pocos segundos de que la pirotecnia jugara a frenar el atardecer, el ex jefe del Estado se despidió, con cita histórica incluida, acompañado por una ovación: "No habrá segunda vuelta. El 27 de abril se callan los opinadores y ganan las urnas. No temáis, porque váis con Menem y su estrella".
Previamente, Romero había calentado el ambiente con un discurso que impactó de lleno en Duhalde, puntualizando que "se acaban los enfrentamientos en la sociedad y la inacción de este gobierno".
Mientras su socio político besaba a una niña con una pechera de UPCN y atrapaba en el aire el Rosario que le lanzó una militante, el salteño dijo que "se percibe, y no lo pueden ocultar, que Menem nuevamente será presidente". Y no ahorró elogios para Reutemann al recordar que "hoy (por ayer) mantuvimos una reunión de compañeros y amigos", alusión que despertó los aplausos.
La instantánea del final del acto reflejó a Menem y a Romero abrazados con los organizadores de la convocatoria, entre otros, el dirigente Carlos Bermúdez, Armando Traferri (intendente de San Lorenzo), los gremialistas Jorge Bilicic, Oscar Barrionuevo y José Fantini y la sorpresa de la velada: Enrique Reutemann, hermano del gobernador.
Antes del dejar el escenario, que se complementó con dos palcos laterales para los invitados especiales, el binomio destacó el desafío de "llenar de verdad, y no como en esos actos para la televisión", el estadio de River Plate, el jueves próximo.



Menem prometió regresar para inaugurar el puente. (Foto: Alfredo Celoria)
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