Año CXXXVI
 Nº 49.818
Rosario,
domingo  20 de
abril de 2003
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A la caza de la foto imposible

Hernán Maglione / La Capital

Un enjambre de periodistas recorría ansioso las inmediaciones de Canal 3. Puertas adentro estaban Carlos Menem y Carlos Reutemann, y los hombres de prensa iban en busca de una declaración conjunta, al menos un gesto a dúo para los flashes. Pero el gobernador santafesino terminó por elegir una salida apresurada, intentando infructuosamente escapar a las declaraciones públicas.
Reutemann, habituado a madrugar, no tuvo problemas en adelantarse a la cita. Cuando Menem tocó tierra en el aeropuerto de Fisherton, el Lole ya llevaba más de dos horas en la casa del anfitrión, Alberto Gollán, lindera con las instalaciones de su canal. Los periodistas estaban alertados: la inminente huida de Reutemann ya era un secreto a voces, y el desafío era adivinar sus movimientos. Junto al gobernador estaba su infaltable copiloto, Alberto Hammerly. El vice, Marcelo Muniagurria, llegó manejando su propio automóvil, y tampoco faltaron el secretario de Gobierno, Carlos Carranza, y el jefe del PJ provincial, Angel Baltuzzi, mientras en Canal 3 esperaban al ex presidente para grabar un programa especial.
Flanqueado por numerosos guardias de seguridad, Menem y su comitiva arribaron en camionetas negras con vidrios polarizados. Entre las caras conocidas se vislumbraban presencias sorprendentes: de una 4x4 descendió el ex futbolista Esteban González, siempre un alegre recuerdo para los hinchas de San Lorenzo.
Con la cumbre Menem-Reutemann a puertas cerradas, el entorno del candidato presidencial se dedicó a una despreocupada caminata por el impecable césped del lugar. Así se dejaron ver el ex secretario general de la Presidencia Alberto Kohan y otro eterno ladero de Menem Ramón Hernández, mientras el ex jefe de Gabinete Eduardo Bauzá se entregó a los rayos del sol. También estaba el presidente del comité editorial de La Capital, Orlando Vignatti.
Llegó el momento de grabar la emisión especial, y Reutemann consideró que era la oportunidad para cederle el protagonismo a Menem. Pero cuando intentó partir en su auto, un par de periodistas le imploró obtener alguna declaración. La instantánea Reutemann-Menem llegaría de manos de los fotógrafos de Gobernación.
Para el final quedó la conferencia de prensa del riojano. Apareció enfundado en un impecable traje claro, aunque con indisimulables muestras de cansancio en su rostro. Todavía le quedaban por delante un almuerzo con empresarios, el acto en el monumento a Eva Perón, el regreso a Buenos Aires, hoy en Mendoza, luego San Juan, Salta... Menem no para.


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