Año CXXXVI
 Nº 49.798
Rosario,
lunes  31 de
marzo de 2003
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Análisis
Las variantes esta vez no fueron la solución
Russo dispuso a Talamonti de 5 y Fassi de 3. Pero faltó juego colectivo

Sergio Faletto / Ovación

El fútbol es planificación, juego, acierto, error y resultado. Por eso analizar tácticamente un partido con el final ya conocido es una tarea mucha más sencilla que la del técnico, quien es el que asume todos los riesgos antes de que el encuentro comience. Claro que cuando la historia concluye en triunfo los análisis pueden satisfacer el amor propio del DT, pero sin dudas que también suelen presentarse como antipáticos cuando quien ocupa la escena es la derrota. Miguel Angel Russo apeló en varias ocasiones a diferentes variantes para subsanar las obligadas ausencias, y hasta ayer obtuvo respuestas satisfactorias. Pero ante Vélez no. Y en este caso la explicación quizás esté en que confió en que el trabajo colectivo podría sustentar las pequeñas falencias individuales, las que estaban vinculadas más a la falta de adaptación de los jugadores a los diferentes puestos que a las cualidades futbolísticas de los mismos. Pero no pudo ser. Porque justamente el juego en equipo ayer no se hizo presente en Liniers. Y esto atentó de manera contundente contra Leonardo Talamonti, Ramiro Fassi y Emiliano Papa, quienes no pudieron solucionar los inconvenientes que a priori se visualizaban.
El Oveja sufrió mucho la tarea porque no pudo hacer pie nunca como volante central, le costó horrores cubrir los espacios y la mayoría de sus pases fueron a destinos contrarios. Papa y Fassi no lograron conformar el tándem por izquierda, y por allí los volantes rivales pasaron con mucha asiduidad.

El tema fue Bardaro
El otro problema imaginable en la previa también se produjo, porque Bardaro se ubicó por el costado de Ferrari y así le cerró la mejor salida a Central, inconveniente agravado por la falta de marca en la zona de volantes canalla. Pero lo más importante de esta deficiencia en el funcionamiento es que Central tiene alternativas para subsanarla. Y Russo las pensó incluso antes del encuentro durante el trabajo en Tandil. No las aplicó ante Vélez porque consideraba que requería de mayor tiempo. Pero en un momento estimó que una opción para cubrir la vacante del Negro Quinteros era Marcelo Quinteros, y de esa manera mantenía el equipo que había ganado el clásico (con Talamonti como lateral y Papa como volante por izquierda).
La inclusión de Pino en el mediocampo y el retraso de Papa como lateral era otra de las posibilidades que tenía en mente el entrenador canalla, pero finalmente se inclinó por la que consideró más conveniente.
Ahora sería muy simplista decir que si hubiera hecho esto o lo otro el partido habría sido diferente. Es muy probable que no, porque Central jugó mal por donde se lo mire. Por eso ahora lo que cuenta es recuperar el estado de ánimo y el funcionamiento, y para esto Russo tiene varias opciones, las mismas que elaboró en Tandil antes de la derrota.


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