Buenos Aires (enviado especial).- Sin recuperación no hay forma de tener la pelota. Sin pelota no hay posibilidad de jugar. Sin juego es inevitable perder. Por eso la derrota de Central ante Vélez. Caída que se visualizó desde el mismo arranque. Porque de movida el equipo de Russo transmitió inseguridad. A partir de un desorden que recién pudo corregirse en el entretiempo. Pero cuando el partido ya estaba liquidado, porque los locales barrieron con cuatro goles cualquier esperanza auriazul de revertir la historia.
Central pagó el costo previsible de un partido en el que no tuvo organización para quitar la pelota y tampoco precisión para jugarla. Pero cuidado, no es producto de la mala fortuna cuando todos los rebotes quedan para el adversario y también se pierden todas las pelotas divididas. Es claro que cuando eso sucede es porque se está mal parado. Mal distribuido. Y en esto mucho tuvieron que ver que las alternativas para suplir las ausencias esta vez no le dieron el resultado esperado al técnico canalla. Aunque la responsabilidad no es sólo de unos pocos, porque quienes tenían la tarea de manejar el balón con mayor criterio tampoco jugaron. Y los dos atacantes quedaron absorbidos por marcas férreas y muy bien estructuradas.
Entonces, cuando el medio no contiene ni controla, los defensores se desordenan y los delanteros se aislan, no hay salida posible. Si esto no se resuelve rápido, el final es previsible. Y lo fue. Vélez se hizo dueño del encuentro con un sistema de marcación implacable y una línea media rápida y sincronizada, que tuvo en Gracián al conductor y en Centurión y Sena a dos volantes que surcaron sus laterales hasta oscurecer el cielo de Central. Sumado a ellos Bardaro, que en posición ofensiva se paró por el costado de Ferrari para taparle la mejor salida a la Academia, más Nanni ubicado como un misil siempre amenazante en el corazón del área.
Las debilidades quedaron al descubierto rápidamente. Un centro para Nanni termina en un penal de Carbonari que el propio delantero convierte. Aún había tiempo para que Central se acomodara y reaccionara. Pero nada de eso sucedió y llegó la debacle. Un tiro libre de Gracián al ángulo fue apenas interceptado por Gaona, pero la pelota pegó en el travesaño y otra vez el goleador apareció para liquidar la resistencia auriazul. Ahí, en ese momento, se diluyeron las posibilidades canallas.
Cada vez más errores
Se agigantaron los errores individuales y colectivos de Central, Vélez sacó todo el dinero del corralón y aprovechó las ofertas de un mercado auriazul que estaba de remate. Dos desbordes por derecha bastaron para que la pelota encuentre en el área visitante a Sena y Gracián para el 4 a 0.
Russo hizo catarsis con sus muchachos en el descanso y metió dos cambios para aliviar el dolor. Pero fue apenas una aspirina. Es que tras el descuento de Petaco de penal, Talamonti se fue expulsado, y hasta la quimera de una recuperación se esfumó. Los goles de Valdemarín y Figueroa fueron anecdóticos. Como el resto del partido.
Central se tildó en Liniers y no hubo forma de recuperar el sistema. Ahora Russo tendrá que resetear a su equipo para ponerlo otra vez en funcionamiento. Algo que hasta ahora no había necesitado. Pero que de cara al futuro es bueno aprender para seguir caminando hacia el objetivo propuesto.
Síntesis
Vélez 5: \Sessa 6, Ladino 5, Fuentes 6, Pellegrino 5, Sena 6, Cubero 6, Bustos 5 (83' Somosa), Centurión 7, Gracián 8 (78' Pérez), Bardaro 6 (68' Valdemarín 6) y Nanni 8. Suplentes: Leyenda y Dudar. Técnico: Carlos Ischia.
\Central 2: \Gaona 5, Ferrari 4, Carbonari 4, Díaz 5, Fassi 4 (46' Pino 5), Gvo. B. Schelotto 5, Talamonti 4, Papa 4 (46' Sánchez 5), Messera 4 (60' M. Quinteros) 5, Delgado 4 y Figueroa 5. Suplentes: Castellano y Mandra. Técnico: Miguel Russo.
\Cancha: Vélez. Arbitro: H. Elizondo 5. Recaudación: $ 185.103.
Goles: 14' y 35' Nanni (V), el primero de penal; 42' Sena (V), 44' Gracián (V), 56' Carbonari (RC), de penal; 81' Valdemarín (V) y 85' Figueroa (RC). Expulsados: 57' Talamonti (RC). Amonestados: Cubero y Gracián (V); Carbonari, Díaz y Sánchez (RC).
La Ciudad
