| | Un mensaje para Bush
| Quisiera dar a conocer unas líneas con las cuales coincido ampliamente. Se trata de una carta que envió Robert Bowan, obispo de la Iglesia Católica de Florida (USA), teniente coronel y ex combatiente de Vietnam, al presidente de Estados Unidos. En ella dice: "solicito al presidente de mi país que se cuente la verdad al pueblo sobre el terrorismo y sobre por qué somos el blanco del terrorismo, cuando explicó por qué bombardearíamos Afganistán y Sudán. Usted dijo que somos blanco del terrorismo porque defendemos la democracia, la libertad y los derechos humanos del mundo. ¡Qué absurdo, señor presidente! Somos blanco de los terroristas porque, en la mayor parte del mundo, nuestro gobierno defendió la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos blanco de los terroristas porque somos odiados, porque nuestro gobierno ha hecho cosas odiosas. ¿En cuántos países agentes de nuestro gobierno depusieron a líderes popularmente elegidos, sustituyéndolos por dictadores militares, marionetas deseosas de vender a su propio pueblo a corporaciones norteamericanas multinacionales? Hicimos eso en Irán cuando los marines y la CIA derrocaron a Mossadegh porque él tenía la intención de nacionalizar el petróleo. Y lo sustituimos por el Sha Reza Palhevi. Hicimos lo mismo en Chile, en Vietnam. Más recientemente, intentamos hacerlo en Irak. Y ¡cuántas veces hicimos eso en Nicaragua y en otras repúblicas de América latina! Una vez tras otra hemos destituido líderes populares que deseaban que las riquezas de su tierra fueran repartidas entre el pueblo que las generó. Nosotros los reemplazamos por tiranos asesinos, que venderían a su propio pueblo para que, mediante el pago de abultadas propinas para engordar sus cuentas particulares, las riquezas de su propia tierra pudieran ser tomadas por la Dominó Sugar, la United Fruit Company, la Folgers, y por ahí va todo. En cada país, nuestro gobierno obstruyó la democracia, sofocó la libertad y pisoteó los derechos humanos. Es por eso que somos odiados en todo el mundo y somos el blanco de los terroristas. El pueblo de Canadá disfruta de la democracia, la libertad y los derechos humanos, así como el pueblo de Noruega y Suecia. Somos odiados porque nuestro gobierno niega esas cosas a los pueblos de los países del Tercer Mundo, cuyos recursos son codiciados por nuestras corporaciones multinacionales. Nosotros necesitamos cambiar nuestras costumbres. Librémonos de nuestras armas nucleares. En lugar de enviar a nuestros hijos e hijas a todo el mundo para matar árabes de modo que podamos tener el petróleo, deberíamos mandarlos para que reconstruyan sus infraestructuras, proveerlos de agua limpia y alimentar a sus niños hambrientos". Ojalá esto se cumpliera. Adrián Amicone
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