| | cartas Necesidad de pedir perdón
| Ante la proximidad del 24 de marzo, espero que haya paz y que nuestro pueblo se encuentre unido. Mucha tinta se ha gastado para manifestar el dolor y el desagrado de la ciudadanía argentina por los métodos utilizados por los dictadores, muchos de los cuales han pedido perdón por los excesos cometidos. También la Iglesia lo hizo en nuestro país y hasta el Santo Padre Juan Pablo ll para intentar una pacificación. Sin embargo, parece que fue en vano, porque hay personas que no encuentran paz y no permiten que los demás pidamos fin a la intolerancia. No se escuchó a nadie que haya pedido perdón por haber desestabilizado el país por los continuos atentados, secuestros y muertes de tanta gente inocente durante el flagelo de la subversión que azotó nuestra patria en décadas pasadas. Tanto en el gobierno, en los gremios, en la docencia, en el ambiente artístico y entre los piqueteros hay muchos que han pertenecido a organizaciones armadas revolucionarias que son perfectamente identificables. ¿Por qué no se presentan a la Justicia espontáneamente y confiesan sus culpas para ser juzgados como otros fueron y cumplieron sus condenas? Ahora parece que "nadie fue". Daría la impresión al ver algunos activistas, que están organizando otra guerra civil, con la excusa de plantear una Argentina justa, libre y soberana. Estas minorías están desenfocadas. Este desborde nos traerá graves consecuencias, como las que vivimos el 19 y 20 de diciembre de 2001. Por culpa de la subversión tuvimos una dictadura y se derrocó un gobierno constitucional. El 24 de marzo próximo será una buena oportunidad para que todas las personas que han intervenido en la subversión armada (incluyendo abuelos, padres e hijos), se reúnan para hacer un "mea culpa" y se arrepientan de querer imponer ideas por la fuerza y pidan perdón. Es tiempo de pacificarse. No reconocer los errores del pasado supone la funesta posibilidad de repetirlos. Susana Cabal
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