Nueva York. - La batalla diplomática entre opositores y partidarios de una acción militar contra Irak tomó un giro inesperado luego de que el jefe de inspectores de desarme de la ONU ordenase a Bagdad la destrucción de misiles Al Samoud 2, una instrucción que si es rechazada podría ayudar a los esfuerzos estadounidenses. La reacción de Irak a la orden pesará en las discusiones en el Consejo de Seguridad de la ONU, ante el cual EEUU espera someter un borrador la próxima semana declarando que el país árabe viola las resoluciones del organismo internacional sobre su desarme.
El alcance de los misiles supera el límite de los 150 kilómetros, establecido por las resoluciones de la ONU después de la Guerra del Golfo de 1991. Blix dijo que el "proceso de destrucción" debe comenzar el 1º de marzo e involucra a los misiles SA-2, los autodirigidos, los sistemas de control y guía, así como los componentes diseñados para la producción y las pruebas. Irak indicó que los misiles se probaron sin el peso de las ojivas o los sistemas de guía y que esta fue la causa de la distancia adicional que recorrieron, que según los inspectores, fue de cerca de 33 kilómetros.
Escasa colaboración
En su primera reacción a la carta de Blix, el ministro de Relaciones Exteriores de Irak, Naji Sabri, dijo en Malasia: "Creemos que todos los asuntos pendientes pueden resolverse entre ambas partes sin la presión de ciertos poderes". Pero el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mohammed ElBaradei, expresó ayer que Irak no estaba cooperando cabalmente con los inspectores de la ONU. (AFP)