Pablo F. Mihal / Ovación
El Campeonato Argentino está cada vez más cerca y el tiempo de las pruebas lentamente se va extinguiendo. Ayer, en la cancha de Duendes, Rosario tuvo su último partido-práctica y más allá de la victoria sobre Noreste por 42 a 21 los ochenta minutos disputados dejaron varios puntos aclarados y otros que merecen ser reconsiderados. Es evidente que la falta de partidos de preparación perjudica a cualquier plantel y en ese sentido Rosario no es distinto a nadie. Y ayer se notó. Si bien hubo mejorías con respecto al partido con Santa Fe, en la jornada de la víspera se repitieron algunos errores que, ante un rival de mayor jerarquía, serían desnudados con mayor facilidad. Los más preocupantes fueron en la marca (se cometieron bastantes yerros y llamativamente fallaron los tackles) y en la limpieza de los rucks, dos aspectos que ayer Noreste aprovechó muy bien: en el primero para avanzar en el terreno y herir cuando los rosarinos se equivocaron, y en el segundo para recuperar muchas pelotas. Habida cuenta de que en apenas siete días el que estará enfrente será el seleccionado tucumano, podría decirse que el scrum necesita mucho más trabajo (y en calidad de urgencia ya que sin esta formación es imposible intentar cualquier pulseada). Otro aspecto para volver a considerar es la falta de definición. En este sentido si bien ayer Rosario atacó (lo que es muy saludable), por falta de manejo regaló muchísimas situaciones propicias ya sea porque se equivocó en la elección o bien porque el individualismo pudo por sobre el juego de equipo. Lo bueno es que más allá de estos aspectos, que seguramente se irán corrigiendo, los jugadores se están afianzando en sus puestos. Algunos como Bosco, Fantoni, Paganini o Simón Boffelli, por ejemplo, están demostrando sus condiciones y que no desentonan con el resto, a pesar de que están haciendo sus primeras armas en este nivel. Falta una semana para el inicio del torneo. Tucumán será la primer estación a la que Rosario deberá arribar y lo tiene que hacer de la mejor manera posible, fiel a su tradición histórica de mostrar lo mejor que tiene y sin renunciar a su escuela.
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