U. G. Mauro / Escenario
"Uno lleva siempre su paisaje por donde va y cosas como nuestro humor, esa cosa cuartetera que tenemos los cordobeses, viajan siempre conmigo. Así nació el Piñón", expresó a La Capital el actor cordobés Fabián Gómez, al contar cuáles fueron algunos de los elementos que contribuyeron a la creación de Piñón Fijo, un personaje infantil que aunque ya tiene 13 años de vida, desde hace apenas uno, y a partir de su aparición en el Festival de Doma y Folclore de Jesús María 2002, se convirtió en un auténtico ídolo de los pibes. Gómez, quien no admite hablar de "fama y popularidad" y prefiere considerar que alcanzó "proyección nacional", a través "de esa bisagra de mi carrera que fue lo de Jesús María", editó a fines del año pasado el disco "Por los chicos...vivo", de un ciclo televisivo que en Rosario se emite por Canal 3, y de un audicuento de su creación recientemente editado y titulado "Por primera vez esto es al revés". -¿Qué es "Por primera vez esto es al revés"? -Es un cuento que editamos en Córdoba hace un par de años, una fábula sobre cómo El Piñón alguna vez se confabuló con algunos niños de Córdoba para ser él quien le hiciera un regalo a los Reyes Magos, para que una vez la cosa cambiara. Se trata de un cuento ilustrado, acompañado de un compacto con el texto grabado con el mismo cuento y una canción. -¿Cuándo se grabó? -Esto lo hicimos hace unos dos años en Córdoba y ahora nos pareció apropiado editarlo a nivel nacional. -¿O sea que es anterior a la fama de tu personaje? -Yo diría mejor que es anterior a mi proyección nacional... -Hay una etapa previa a esto en la que eras payaso callejero... -Sí. El nombre viene justamente porque me la pasaba actuando en la calle pedaleando en la bicicleta de un lado para otro por los parques y plazas de Córdoba y de Villa Carlos Paz pasando la gorra. Así trabajé durante nueve años, animando además fiestas de cumpleaños particulares. Después empecé a salir un poco en la televisión cordobesa y riojana, hasta que conocí a gente que me aportó lo que yo necesitaba en la producción y en lo artístico, y se produjo una química bastante linda que primero nos llevó a recorrer toda mi provincia y cuyo resultado es esto que estamos viviendo ahora. -¿Cómo se define tu personaje? ¿Por qué hacés rutinas diferentes a las de otros payasos? -Siempre digo que siento un gran respeto por los payasos, como lo siento por los malabaristas, magos, titiriteros y demás, pero no sería correcto definirme con algunos de esos nombres. Yo sé que, específicamente, no hago ninguna de esas cosas con profundidad, sino que me valgo de todas ellas para componer al Piñón. Soy un personaje medio urbano al que lo más fácil es aplicarle el rótulo de payaso por la fisonomía y el traje que uso. -¿En tus textos suele haber también algún guiño destinado a los mayores? -Y sí, porque en el escenario también quiero poder divertirme. Uno también cuenta las cossas que nos pasan con nuestros hijos o habla de la realidad pero de una manera muy potable, para que los chicos no se dispersen por no entender algo y que de paso sirva como disparador para que los pibes conversen con los padres. Uno de mis recursos, por ejemplo, es presentarme como "Piñón Fijo, hijo de don Plazo Fijo. Mi papá ahora trabaja en un corralón". -¿Qué influencia ejerció sobre tu personaje lo que se conoce como el humor cordobés? -Yo soy cordobés por los cuatro costados, y esa manera de ser que tenemos te influye. Además un trabajo de casi nueve años como artista callejero se enriquece justamente recogiendo elementos de la calle, de lo que uno ve y escucha. Uno lleva siempre su paisaje por donde va y cosas como nuestro humor, nuestro folclore, esa cosa cuartetera que tenemos, viajan siempre conmigo. Así nació Piñón. -¿Cuál era tu formación específica antes de ser artista callejero? ¿Estudiaste actuación? -No, para nada. Puedo decir que hice algunas cosas por ahí, algún taller de mimo, pero en líneas generales soy un autodidacta. Siempre, desde muy chico me llamó la atención todo lo que tuviera que ver con la música, pero no tuve ninguna formación sistemática y siempre me manejé por pura pasión, y como a toda pasión, sigo buscándole sus secretos, más allá de que uno hace muchos años que está en esto. -Cuando eras artista callejero, ¿vivías sólo de eso? -Al principio no. Desde adolescente me metí en la selva para sobrevivir haciendo un poco de todo. Fui lavacopas y ayudante en toda clase de oficios, porque por algo que no entiendo muy bien, siempre cargué con una mística muy fuerte y hallaba una magia especial en la cuestión de ganarme un lugar en la vida a puro esfuerzo. Yo veía, por ejemplo, en la secundaria, que muchos de mis compañeros de aquella época ya tenían resuelto su futuro, pero yo no tenía nada. Después llegó el momento en que llegaron mis niños y hubo que salir a jugarse... -¿Cuántos hijos tenés y cómo viven todo el reconocimiento popular que conseguiste? -El Piñón ya tiene 13 años conmigo, y de mis dos hijos, el varón tiene 14 y mi hija tiene 15, con lo que el personaje también forma parte del paisaje que los acompañó desde la infancia. Así que para ellos es todo muy normal. -¿Tus hijos aportan algo a tus creaciones? -¡Pobres...! (risas). Al principio ellos tuvieron que jugar de conejitos de India y después pasaron a ser críticos, pero críticos muy verdugos. Ahora gracias a Dios los tengo de compañeros de trabajo cuando salimos a actuar, porque Ana Sol y Jeremías integran el coro. Los incorporé con el consenso de ellos y de mi esposa en el sentido de que cuando no tienen ganas de trabajar no lo hacen y lo único que tienen que hacer es avisarme, porque esto para ellos puede resultar bastante agotador. -¿Tenés prevista alguna presentación en Rosario? -Sinceramente, no sé. Todo lo que se relaciona con fechas y lugares es algo que no manejo. Pero tengo un rollo muy especial con Rosario, una ciudad a la que quiero muy especialmente sin conocerla, porque algunas cosas de mi juventud y mi adolescencia se emparentan con ustedes. Hay alguna idea dando vuelta de ir a las ciudades de Rosario y Santa Fe. -¿Por qué ese afecto por Rosario sin conocerla? -Yo fui, en mi adolescencia, un fana de todo lo de la Trova Rosarina y aprendí a amar a esa ciudad tras escuchar el "Tema de Rosario" de Lalo de los Santos. En algunas actuaciones que tuve en La Trastienda en Buenos Aires tuve el orgullo de que me viniera a ver Juan Carlos Baglietto con su pibe y yo le dije que de alguna manera por su culpa yo estoy trabajando de esto. El es un tipo que, tengo entendido, también empezó como yo, haciendo cosas para los chicos. Ustedes en Rosario tienen también a un tipo como Jorge Fandermole al que cada vez que puedo lo voy a ver porque creo que es uno de los compositores más grossos del país desde hace tiempo. -Pero últimamente anduviste por la provincia de Santa Fe.. . -Sí. Anduvimos por Venado Tuerto y un par de localidades santafesinas importantes más, pero con mi gente sentimos que ir a Rosario y Santa Fe es algo que quisiéramos hacer pero que debe ser planificado con cuidado, pisando la pelota y buscando el momento justo. -¿Cómo es el proceso de producción del programa? -Ahora se hace directamente en Buenos Aires. Yo me reservé la posibilidad de grabar algunas partes en exteriores desde Córdoba, porque tengo un trabajo muy intenso en Villa Carlos Paz, así que aprovechamos los exteriores con el paisajes del lago San Roque para grabar las escenas con los personajes como Cabrito, pero todo lo demás -el trabajo de piso-, se hace directamente en Buenos Aires. -¿Creés que podés seguir manejando toda tu carrera desde Córdoba? -La idea de establecerme alguna vez en Buenos aires no me tienta para nada. Prefiero bancarme el sacrificio de los viajes y demás porque para mí es demasiado tentador el hecho de que desde mi ciudad puedo correrme 20 kilómetros y encontrar la tranquilidad del río y la sierra. También tengo que pensar en mi familia porque las raíces de mis hijos están en Córdoba. Pero es cierto que no puedo dar nada por definitivo porque la vorágine en la que estoy metido es cada vez más grossa. Voy a tratar de mantenerme aquí.
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