Según el representante legal de Alba Torres, hay varias formas de contaminar o manipular la comparación entre los códigos genéticos de dos personas. "La más simple es cambiar la muestra de sangre. ¿Cómo sabemos nosotros que el material genético que atribuyen al niño Carlos es realmente de él y no de un hijo o un sobrino de Lorena García", pregunta. Otro factor son las condiciones de seguridad bajo las que se realizó la comparación entre las dos muestras. Miño afirma que bastaría que las muestras entraran en contacto con un pelo, una gota de saliva o una pestaña para modificar el resultado. "Como no nos permitieron estar en el Instituto de Toxicología de Sevilla, y el juez Caterina tampoco viajó, no sabemos en qué condiciones se hizo el estudio".
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