Elvia Ojeda es una joven comerciante que hace unos días encabezó la primera asamblea de vecinos para reclamar seguridad. Fue en Garay y Lima, donde la gente también está harta de los robos y arrebatos cotidianos. Ayer se acercó, junto a un grupo, a apoyar el reclamo de quienes viven en barrio Triángulo y, sin medias tintas, gritó: "Tengo una calibre 38 y les voy a meter bala a los choros".
Así, Elvia volvió a exigir la instalación de un destacamento policial en su barrio y recordó que ese mismo pedido lo viene haciendo desde 1996. "Ya advertí que si en los próximos días no ponen ese destacamento, me encadeno en la puerta de la casa del gobernador", amenazó.
Ojeda admitió que después de que organizó la primera asamblea de vecinos para exigir seguridad en el barrio, recibió amenazas en su comercio. Pero lejos de amedrentarse, ayer redobló la apuesta. "Que vengan, les voy a meter bala", aseguró la joven, al tiempo que recordó que el 22 de diciembre pasado ingresó "a los tiros" en una villa para recuperar una bicicleta. "Me la habían robado y me calenté. Entré por los pasillos a los tiros buscando la bici hasta que la encontré en medio de la villa y me la llevé. Ya estoy muy cansada", indicó.
Unos minutos después, y tratando de enfriar los ánimos de los vecinos, el delegado del Ministerio de Gobierno de Santa Fe, Diego Giuliano, le pidió a la gente que no se arme. "No hay que organizarse comprando armas para enfrentar a los delincuentes, porque eso genera más crímenes. Los vecinos tienen que estar bien atentos y crear un puente de comunicación con la policía", sugirió.
Lo cierto es que Elvia no está tan convencida, al igual que varios vecinos que confesaban ayer tener armas en su casa para repeler cualquier tipo de intento de robo.
No obstante, Giuliano remarcó que "es muy importante crear las juntas de seguridad barriales (espacios en los que la policía y los vecinos debaten políticas de seguridad) y explicó que en la provincia ya son 33 los ámbitos de ese tipo que están funcionando.
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La Ciudad
