Monseñor Moisés Blanchoud defendió con énfasis la compra de la casa en La Falda, donde reside el ex arzobispo Edgardo Storni. "Estamos contentos de que monseñor Storni tenga donde estar hasta que la Santa Sede disponga", dijo. Subiendo el tono, y contradiciendo sus modales moderados, amonestó al periodismo que lo interrogó al respecto: "Déjense de trascendidos...busquen siempre y hasta donde se pueda averiguar, (pero) tampoco hay que avanzar tanto sobre la intimidad de las personas y de las instituciones", y admitió que había cosas "que a uno lo sacan de quicio". Aceptó que los fieles se quejan por la compra y no dio detalles "porque -dijo fastidiado- se ha cumplido con el Derecho Canónico". Dijo que la compra "no perjudica a la Iglesia" y respondió molesto a una periodista: "M'hijita, cada uno da cuentas a Dios de lo que hizo en la vida. No soy juez de nadie, pero hablar por hablar, sin tener conocimiento de las cosas, es algo por lo menos irresponsable".
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