El personal médico y auxiliar de la clínica Alem, donde recibía tratamiento ambulatorio Carlos Horacio Rivero, afrontaba dificultades enormes para controlar al paciente que mató a su padre, según revelaron fuentes policiales. En forma personal y telefónicamente, ayer dos periodistas de este diario intentaron sin éxito tomar contacto con los responsables de la clínica, quienes según se dijo no se encontraban en el lugar.
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